Se están llevando a cabo
tácticas de presión
insensatas, contraproducentes y altamente perjudiciales para la
salud de las plantillas basadas en el control milimétrico de resultados,
la amenaza permanente al traslado, a no promocionar, a ser "escogido"
para formar parte del próximo ERE e incluso se está llegando a la
falta de respeto y las malas formas.
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