La crisis de gobernanza era el principal obstáculo que argumentaba Unicaja para negociar de manera seria la mejora de las condiciones laborales de la plantilla, sin embargo, para que la cúpula directiva incremente sus remuneraciones casi un 13% no ha importado esta circunstancia. Difícil de entender, ¿verdad?
El nuevo CEO tiene por delante la tarea urgente de ordenar la continuación de la negociación de los muchos temas que tenemos pendientes. Solo así se puede restablecer la confianza de la plantilla en su entidad, revertir el clima laboral tóxico existente y evitar un otoño muy, muy caliente en Unicaja.
LA PLANTILLA YA ESTÁ MUY HARTA DE QUE NO SE LA TOME EN SERIO