Y no nos extraña porque cada día se está enrareciendo más el clima de trabajo en nuestra entidad con lo que ello conlleva de desmotivación para la plantilla, de toxicidad en las relaciones laborales y de falta de implicación de la gente que ve como todo se reduce a exigencias sin la consiguiente ayuda ni reconocimiento que ello requiere. Porque si exigimos la excelencia a las personas trabajadoras, debemos facilitar las condiciones para que estas se den.
Y unas condiciones como estas:
- Presión comercial desmedida con unos objetivos irreales e inalcanzables.
- Dificultad cada vez más importante para conciliar la vida laboral y familiar.
- Malos modos, cuando no amenazas y coacciones, para cumplir objetivos.
- Falta de personal que implica una sobrecarga insoportable de trabajo.
- Procesos de selección en puestos de responsabilidad sin la necesaria objetividad y transparencia en el proceso.
- Inadecuación de los medios y ausencia de una planificación seria para cumplir con la imposición de desviar a la clientela a los medios técnicos e informáticos.
- Ausencia de comunicación bidireccional efectiva y sincera. La comunicación es de arriba abajo y solo se produce en ‘reuniones de escarmiento’ o multiconferencias de ‘presión’, amén de que algún que otro superior considera insubordinación cualquier observación, lo que demuestra un liderazgo nefasto.
No se dan en una empresa 100. Por eso, no somos una empresa 100.
Por ello, CCOO ha exigido que se realice el seguimiento de la Evaluación de Riesgos Psicosociales, que se extienda la evaluación a las oficinas integradas de CEISS donde no se ha realizado y que se avance en las 40 medidas indispensables para prevenir los riesgos psicosociales a los que, cada día más, estamos expuestos y que están minando nuestra salud.
