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CAJA3. CAJA EXTREMADURA.

Entre próceres y césares.


Es bastante lamentable el espectáculo que se nos está ofreciendo con Caja Extremadura.


Este artículo se publicó originalmente en ibercajabanco (CCOO en iberCaja Banco) ,

Nos empeñamos en enfangar y enfangar. Y todo por intereses particulares y corporativos, que nada tienen que ver con los de la ciudadanía, los de los trabajadores, impositores y ahorradores. Con el desprestigio alcanzado por méritos propios por las instituciones políticas y las entidades financieras, algunos todavía siguen "erre" que "erre", poniendo más "huevos en la cesta".

 

Mucho ruido ha sobrado, demasiado diría yo, incluyo mi autocrítica, en todo este proceso de fusión, integración, solapamiento, desaparición, bancarización y demás conceptos manejados en los últimos cuatro años respecto de las cajas de ahorro. Y ha faltado información veraz, transparencia, respeto institucional y sobre todo lealtad a los extremeños, verdaderos dueños de sus cajas como entidades financieras y sociales. Esto, junto al encumbramiento de unos, la ingerencia de otros, el nepotismo y otras lindezas similares, ha hecho que las cajas hayan pasado de súpervaloradas a súperdenostadas. 

El caso extremeño es muestra fiel de ello y más teniendo en cuenta los acontecimientos que últimamente vienen desarrollándose en las formas y en el fondo.

En aras a la reivindicada transparencia informativa y lealtad ciudadana me parece necesario aclarar algunos conceptos y plantear ciertas consideraciones.

Caja Extremadura ya no es una entidad financiera propiamente dicha, aunque en sus oficinas y sucursales aún perduren su imagen corporativa y logotipos. Todo su negocio bancario, por decisión de su Asamblea General en su momento, y mediante esos sucesivos procesos de bancarización, se realiza a través del Banco Liberbank. Incluyendo todos sus activos, excepto los de la obra social.

Caja Extremadura es dueña del 20% de Liberbank. El resto del accionariado lo componen Caja Cantabria (14%) y Caja Asturias (66%). Por lo que la Asamblea General, Consejo de Administración y Presidente de Caja Extremadura deciden exclusivamente sobre su paquete accionarial y la correspondiente obra social  que repercuta sobre éste en función de los beneficios, si los hubiera, obtenidos por Liberbank.

Ante los nuevos procesos de fusión bancaria forzados por el actual Gobierno de España, la nueva reforma financiera y el rescate a la banca, Liberbank ve frustrada su fusión con IberCaja; banco, a su vez en conversaciones de integración con Caja 3 (grupo al que pertenece Caja Badajoz). El alto riesgo de la operación, fundamentado en la elevada cuantía de la solicitud de rescate, al parecer, es el detonante de que la fusión Liberbank-Ibercaja no fructifique.

Ante esta nueva situación Liberbank tiene tres opciones que tendrán que ser tomadas en consideración por su junta general de accionistas, de la que Caja Extremadura forma parte con su 20%.

Bien puede recapitalizarse por sus propios medios (nuevos inversores, salida a bolsa, etc.), bajo supervisión europea y conllevando un exigente plan de ahorro y ajuste en el capítulo de personal. Bien puede acudir al FROB, ayudas públicas que suponen de facto la nacionalización del banco y la consiguiente desaparición de los accionistas como tales, en este caso Caja Extremadura, no eximiendo a su vez, también, un exigente plan de ahorro y ajuste. O, por último, entrar en un proceso de liquidación.

De todos es conocido que, desde la integración en Liberbank, la antigua plantilla de Caja Extremadura, incluidos sus directivos, pertenece a este último y las decisiones al respecto se toman en sus órganos de gobierno. La integración ya conllevó un plan de ajuste laboral y de cierre de oficinas, al igual que ocurriría si se hubiera producido la fusión con Ibercaja o cualquier otra, incluida la primitiva con Caja Badajoz.

La negociación de estos planes laborales se ve agravada ahora con la nueva reforma laboral. Aun así, siempre va a depender de la correlación de fuerzas existentes, de la presión ejercida por los trabajadores y como en cualquier otra empresa, sea del sector que sea, de su situación real y del interés de los respectivos poderes públicos por el empleo y sus consecuencias.

¿Tan difícil resulta al presidente de Caja Extremadura y a sus directivos y a los de Liberbank explicar estas cosas? ¿Qué interés se oculta tras la no explicación o la explicación pobre, deslavazada y balbuceante? Al menos una cosa está clara. Víctor Bravo al frente de Caja Extremadura ha gestionado mal este proceso. No ha estado ágil ni listo. No ha sabido explicar su interés como presidente de la caja y el que puede tener como empleado de Liberbank altamente remunerado y su correspondiente incompatibilidad ética, que probablemente la hay, y ha permitido un culebrón que puede perjudicar gravemente los intereses financieros de la caja, de sus clientes e impositores y por ende de todos los extremeños.

Mención especial merece en este capítulo la Junta de Extremadura con su presidente a la cabeza, que lejos de cerrar el "culebrón" a la primera de cambio, lo abre, atiza el fuego y lo sitúa como vendetta política al no enterarse de lo que estaba ocurriendo, lo relatado, o enterarse por la prensa, según puso de manifiesto. ¿Para esto tanto asesor, consejeros con cartera, consejeros sin cartera, vicepresidenta y hasta jefa de discurso? ¿Es todo lo que da de sí Monago? ¿Un pulso con Bravo? Siendo un problema importante, ¿es este el principal problema de la región, con la que está cayendo? ¿No será, simplemente otra distracción más, otra forma cosmética de política típica y propia de la factoría a la que ya estamos acostumbrados?

Lo cierto es que la falta de tacto político del máximo mandatario regional en este tema, despreciando su propia labor como tal, además de desprestigiar su función política e institucional, quizás le acabe reportando la cabeza del presidente de Caja Extremadura, pero habrá infligido un daño considerable, espero que no irreparable, a la Caja en su fin financiero y social y por ende a sus trabajadores y a los extremeños en general.    

Julián Carretero. Secretario Gral de CCOO de Extremadura.