La reestructuración del sistema financiero está en ese momento en el que cada día se abre un problema, pero no se cierra ninguno. Desde Bruselas hasta Cádiz, todos los fuegos están ardiendo y nadie, absolutamente nadie, parece actuar como bombero del supervisor. El primero de los problemas está en la Comisión Europea, que acaba de pedir al Gobierno de Zapatero que se aclare con la fórmula que quiere aplicar para el fondo de rescate de entidades. Es decir, hay prisa porque España es el último país en reestructurar la banca y todavía no se sabe si se pedirán autorizaciones previas o a posteriori. Un lío.
El segundo es la Ley de Cajas. El Banco de España pidió su reforma para quitar parte del poder que tienen los Gobiernos autonómicos en las cajas. El PSOE se negó a abrir el melón, mientras el PP apostaba por una modificación, sin contar con el apoyo de sus barones regionales. Cristóbal Montoro, portavoz de Economía del PP, insistió el jueves pasado en que no hay más solución para el sector que liberarse del poder político. Por cierto, para añadir más dificultades, la mitad de las cajas ha empezado -o iniciará en breve- la renovación de parte de sus órganos de gobierno, incluidas algunas presidencias.
El supervisor, con grandes dosis de pragmatismo, ha aplicado el principio de que es mejor lo posible que lo perfecto. Es decir, ante la resistencia numantina a perder el poder autonómico en las cajas, ha optado por las fusiones virtuales que, bajo el paraguas de un SIP (Sistema Institucional de Protección), permite mantener la sede, los consejos de administración y la marca. A cambio, son menores el ahorro de costes y la potencia de tiro de la caja resultante. Esta fórmula convence a los sindicatos, que han tomado la bandera imposible de "aquí no sobra nadie". Para añadir más dificultades, Ordóñez se ha puesto como meta que la reestructuración cueste lo menos posible al contribuyente, lo que puede añadir más tensión al proceso.
Mientras tanto, las cajas de casi todas las regiones son víctimas de las disputas locales o identitarias. El caso más llamativo es el de la Comunidad Valencia. Gerardo Camps, vicepresidente económico y regulador de estas entidades, puso en duda la solvencia de la CAM porque se ha negado a fusionarse con Bancaja, como quiere el PP de Valencia. Ningún banco hubiera sido tan agresivo. Las cajas podrán decir aquello de "todos al suelo, que vienen los nuestros".
ÍÑIGO DE BARRÓN
Crisis financiera Castilla-LaMancha.
Un camino lleno de trampas.
M. Á. N.- Madrid - 22/11/2009
La intervención de Caja Castilla La Mancha (CCM) por el Banco de España el pasado 29 marzo fue un episodio que sobresaltó todo el sistema financiero del país, pero al mismo tiempo sirvió como pistoletazo de salida para la esperada y retrasada reconversión del sector. La entidad manchega estuvo a punto de quedarse en manos de Unicaja, tras un primer conato de la aragonesa Ibercaja. Sin embargo, la falta de acuerdo entre las ayudas oficiales y las exigidas por la entidad andaluza dio al traste con la operación y llevó a la intervención.
Desde entonces, CCM entró en un proceso de saneamiento y venta y en un campo de batalla política entre el Gobierno socialista de la comunidad y la oposición del PP. Un enfrentamiento que se trasladó a la batalla nacional, donde no faltaron acusaciones y descalificaciones. A ellas ha tratado de estar ajeno el Banco de España, que nombró un administrador -Xabier Alkorta- para dirigir la entidad.
Ese proceso tomó velocidad después del verano y en octubre se procedió a su venta, una especie de subasta al mejor postor. Tras mostrar interés varias cajas, sólo quedaron en la disputa dos: la BBK vasca y CajAstur. Y fue la entidad asturiana la que, mediante una fórmula muy creativa, se llevaría la caja al agua: con la ficha del banco Liberta se queda con todo el negocio de oficinas y al pormenor; y CCM se queda con la obra social y todo el grupo industrial, además del 25% de participación en el citado banco.
Crisis financiera Andalucía.
Una fusión a tres, y, otra virtual.
JUAN MÉNDEZ- Sevilla - 22/11/2009
Andalucía cerrará el año con sólo tres de las cinco cajas actuales. Las asambleas generales de Unicaja y Caja Jaén sellarán el próximo 19 de diciembre la fusión de ambas entidades que sumarán un volumen de negocio superior a los 50.000 millones de euros, más de 33.000 millones en activos y 25.200 millones en depósitos, además de un coeficiente de solvencia superior al 14%. De esta fusión se pasará, pocos días o semanas más tarde, al segundo paso que supondrá el nacimiento de Unicajasur, al sumarse la caja cordobesa Cajasur, la más deteriorada del sistema financiero andaluz, herida de pleno por la crisis del ladrillo.
La unión de esta entidad, liderada por la Iglesia católica, está resultando muy dificultosa. Primero, por la resistencia de los miembros del Cabildo catedralicio cordobés a perder los privilegios conseguidos en la década de los noventa. Ahora la resistencia la protagoniza Aspromonte, un sindicato vertical que representa al 70% de los trabajadores, y que se opone a la fusión si antes no se negocia un pacto laboral. Pese a ello, Unicajasur se espera para principios de 2010.
El escenario andaluz se completa con CajaGranada, enrocada en su ámbito provincial y que sufrirá la competencia de Unicajasur, y la sevillana Cajasol, cuyos últimos movimientos van dirigidos a conseguir una fusión fría, virtual o también llamada SIP (Sistema Institucional de Protección) para lo que mantiene conversaciones con varias entidades, entre ellas Caja Guadalajara y Caja Extremadura.
Crisis financiera PAÍS VASCO.
Atentos a todo lo que se mueve.
J. M. GASTACA- Bilbao - 22/11/2009
Hay vida para las tres cajas vascas (BBK, Kutxa y Vital) más allá de su hasta ahora imposible fusión. Así lo entiende, principalmente, la entidad vizcaína una vez superado el mazazo que supuso quedarse sin CCM, precisamente en la primera acción estratégica de su nuevo presidente, el abogado nacionalista Mario Fernández.
BBK, bien asentada bajo su condición de primera caja española en solvencia, lo volverá a intentar en 2010 aunque le ha molestado el trato final dispensado por el Banco de España a su oferta. Hasta su próximo movimiento, y a expensas de la celeridad que el Gobierno vasco quiera imprimir a la Ley de Cajas, BBK no descuida sus relaciones con las otras dos entidades vecinas, y de una manera especial con Vital para aprovechar sinergias que favorezcan su mutua rentabilidad.
Kutxa, en cambio, busca aún su propio espacio, en una situación económica menos tranquila, después de fracasar por razones políticas su fusión con BBK y pagar muy caro los efectos de una criticada política de inversiones inmobiliarias lejos de su acotado territorio guipuzcoano.
En este contexto de crisis del sector, las tres cajas vascas, a pesar de sus ratios positivos, lamentan ahora que intereses partidistas hayan impedido una fusión que, eso sí, volverá a plantearse a medio plazo.
Crisis financiera GALICIA.
Sin acuerdo para la unión.
MARÍA FERNÁNDEZ- Vigo - 22/11/2009
En Galicia, la caja pequeña (Caixanova, de Vigo) esquiva por el momento una fusión pretendida por la grande, Caixa Galicia, con sede en A Coruña. El Gobierno regional de Alberto Núñez Feijóo (PP), que lleva meses pidiendo tiempo y prudencia para tomar una decisión, se inclina desde el jueves por la integración de ambas y se ha dado 10 días de plazo para llegar a un acuerdo consensuado. Teme que con las cajas ocurra algo parecido a la pérdida de galleguidad de Unión Fenosa, hoy en manos de Gas Natural.
Ni de lejos lo tendrá fácil. El escollo fundamental está en la negativa casi visceral del presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, que a sus 78 años cumplirá pronto tres en el cargo tras 41 al frente de la dirección general. La entidad piensa que unir sus destinos con Caixa Galicia es la peor de las soluciones por el solapamiento de oficinas (sumarían 1.425) y empleados (un total de 8.678). Juntas tendrían más de un tercio de todo el mercado en la comunidad autónoma. En sus planes está llegar a un acuerdo mediante el Sistema Institucional de Protección (SIP) con Cajastur, aunque sin cerrar puertas con otras como Caja Burgos.
Al norte, José Luis Méndez que lleva 28 años como director de Caixa Galicia, no da por perdida la batalla. Los tambores de Caja Madrid, que aspira a reforzarse con una fusión con esta entidad y la CAM, suenan cada vez más fuertes en los oídos del PP gallego, que se resiste a perder, como quiere Cristóbal Montoro, su mayor activo.
Crisis financiera CATALUÑA.
Viva la endogamia financiera.
ARIADNA TRILLAS- Barcelona - 22/11/2009
Si llega a buen puerto la negociación, aún oficiosa, entre Caixa Penedès, tercera caja catalana, y Caixa Laietana, más pequeña y centrada en su feudo del Maresme, para constituir una entidad con 32.500 millones de activos, mil oficinas y 4.000 empleados, Cataluña, la comunidad más activa en fusiones, habrá protagonizado tres en pocos meses.
Sin concretar indicaciones sobre parejas de baile, el Gobierno catalán no ha sido un espectador pasivo: ha metido prisa a las cajas para que no esperaran a tener problemas para actuar y les ha advertido de que Cataluña no debía perder peso financiero. Un mensaje claro: que coquetearan entre ellas. La oposición de CiU está también por la labor. Sólo se han significado en Caixa Tarragona, gobernada por la Diputación Provincial (CiU).
Salvo por Penedès, deseosa de mirar fuera aunque se case con Laietana, la indicación política de la endogamia era innecesaria. El mapa de cajas catalán era el más atomizado de España y las entidades corrieron a buscar acomodo en alianzas con vecinos conocidos. Tarragona y Manresa se unirán finalmente a Caixa Catalunya, que liderará la mayor de las fusiones. La resultante quiere reducir 1.800 empleos y 500 oficinas, lo que ha puesto en pie de guerra a la plantilla. La sintonía llegó rápido entre las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu, a las que se sumó Girona, atraída por un proyecto que se esmera en visualizar el arraigo territorial de cada entidad vía marcas, sedes y reparto de la Obra Social. Le esperan 620 prejubilaciones.
Crisis financiera CASTILLA Y LEÓN.
Caja Burgos se baja del tren.
F. CANTALAPIEDRA- Valladolid - 22/11/2009
Cuando faltaban pocas horas -el martes día 10- para que los consejos de administración de Caja Duero, Caja España y Caja Burgos decidieran si se fusionaban, el presidente regional pronunció la frase del día. Utilizando el eslogan de la campaña turística Burgos no te dejará frío,añadió una coletilla premonitoria: "Te dejará helado". Esa misma tarde se supo que los 17 consejeros de la entidad que lleva el nombre de la provincia habían votado por unanimidad en contra de la fusión. Las otras dos siguieron adelante con un proceso que se prolonga desde hace más de un año y en torno al cual "aún queda mucho trabajo por hacer", según el comunicado hecho público por Cecale, confederación de empresarios castellano-leoneses.
Caja Burgos rompió la baraja en el último momento por discrepancias con el reparto de tareas, sedes y cometidos de la entidad resultante. El documento que se sometía a examen preveía una representación del 37% para Caja Duero y España y el 26% restante para la burgalesa. Ahora, las dos primeras continúan el proceso para convertirse en la séptima entidad del país, con unos activos de 45.000 millones, casi 6.000 empleados y 1.166 oficinas.
Tras la espantada, Caja Burgos iniciaba (o continuaba) contactos con las entidades, más pequeñas, de Ávila y Segovia, con una gran discreción. No consta que esta prisa por seguir negociando tenga relación con otra frase del presidente Herrera: "El descuelgue tendrá consecuencias inmediatas".
Crisis financiera COMUNIDAD VALENCIANA
Alicante recela de Valencia
MIGUEL OLIVARES- Valencia - 22/11/2009
Alicante está a 180 kilómetros de Valencia. Y la distancia no es sólo física. La cuarta caja española por volumen de activos gestionados, Caja del Mediterráneo (CAM), recela de Bancaja, la tercera española, tanto como la burguesía alicantina teme renunciar a su identidad para diluirse en una burguesía valenciana que considera ajena.
El socialista Joan Lerma, que gobernó la Comunidad desde 1983 hasta 1995, y el popular Eduardo Zaplana, que ocupó el Palau de la Generalitat entre 1995 y 2002, intentaron sin éxito forzar una fusión entre las dos grandes cajas de la región. Francisco Camps, actual presidente, urgió hace dos semanas una fusión improvisada ante el temor, fundado, de que Caja Madrid absorbiera a la CAM.
La fusión más atractiva para la Generalitat incluiría a Sa Nostra, la caja balear. Pero no está nada claro que el plan responda a intereses económicos.
Bancaja y CAM han sido feroces competidores en territorio valenciano y una fusión supondría el cierre de 400 oficinas y el despido de un mínimo de 4.000 trabajadores, según estimaciones de los sindicatos. Algunos elevan hasta 7.000 los despidos que llevaría aparejada la operación.
Las dos cajas han apostado muy fuerte por el mismo sector inmobiliario en los últimos años y su fusión supondría una acumulación de riesgos notable. La CAM habría sido feliz engullendo a Caja Murcia y Bancaja a Caixa Galicia, pero las perturbaciones políticas son muy severas en territorio valenciano.
Crisis financiera COMUNIDAD DE MADRID.
Mucho trabajo para Rodrigo Rato.
Í. DE B.- Madrid - 22/11/2009
Los expertos dicen que falta más de un mes y medio para que Rodrigo Rato (Madrid, 1949), ex director gerente del FMI y ex ministro de Economía, ocupe el sillón de presidente de Caja Madrid. Pero ya está trabajando desde fuera para enderezar el rumbo de un barco que está saliendo de las tormentas del Cabo de Hornos, con daños en el casco.
La prioridad, a lo que se dedican los hombres cercanos a Rato (entre los que destaca José Manuel Fernández Norniella) es a pacificar el puente de mando, el Consejo de Administración. No es tarea fácil porque ha sido escenario de todo tipo de intrigas y traiciones. Pero los consejeros de las diversas facciones son disciplinados, sobre todo una vez que hayan logrado lo que buscan. Aunque Rato no debería descartar algún motín, porque Caja Madrid es muy deseada por su gran poder.
El patrón debe demostrar que lleva el rumbo y entonces podrá bajar a organizar a los directivos, que han sufrido como nadie las egoístas peleas de los consejeros. Elevar la solvencia, controlar la morosidad y sobre todo, planificar las fusiones, serán las prioridades. El tiempo apremia. Rato tendrá que tomar las decisiones más trascendentes para el futuro de la entidad sin demora, y quizá sin que la mar esté calmada ni el barco en perfectas condiciones.
El Pais
