Primero: Inicialmente la empresa consideraba un ERTE ETOP (por causas Económicas, Técnicas, Operativas o de Producción). Cuando abrió la negociación con los sindicatos pretendió que aceptásemos que el ERTE tuviese carácter retroactivo. Algo a lo que desde CCOO no íbamos a acceder, ya que:
En primer lugar, desde el mismo día del ciberataque, o desde el día siguiente, la mayor parte de la plantilla ha estado atendiendo sus servicios, realizando tareas administrativas, colaborando en la preparación de sus equipos, instalando aplicaciones y antivirus, realizando formaciones, etc.
En segundo lugar, quienes no han estado en ese caso, han recibido indicaciones de tener disposición total durante toda su jornada, permaneciendo en su puesto, ya sea presencial o en teletrabajo, y estando en todo momento en comunicación con la empresa.
La empresa cambió en ERTE de ETOP a Fuerza Mayor única y exclusivamente para poder actuar de forma unilateral y ha pretendido cambiar de tipo de ERTE por conveniencia.
Segundo: Quién está de ERTE dispone de su tiempo para ocio, descanso o lo que considere oportuno, pero no ha sido el caso, ya que cómo hemos indicado a la Autoridad Laboral, la plantilla que podría haberse visto afectada por el ERTE no ha sido notificada, a fecha de presentación del mismo, de ningún tipo de afectación y ha estado trabajando, pendiente de instrucciones durante la jornada, incluso justificando ausencias médicas, permisos retribuidos etc. por lo que en ningún caso el ERTE debería tener carácter retroactivo.
Tercero: Se ha creado una discriminación, ya que solo el personal de operaciones se ve afectado por el ERTE mientras que la Dirección de la empresa, que se ha visto sometida a las mismas limitaciones técnicas que el resto de la plantilla, se ve exenta.
Cuarto: Los sindicatos no hemos dispuesto en ningún momento de información por parte de la empresa, ni escrita ni verbal, sobre la afectación concreta de los servicios, ni de la plantilla.
Quinto: Los listados de posible plantilla afectada por el ERTE contienen cuantiosos errores, como incluir a personas que ya no están en la empresa, personas que pertenecen a campañas no afectadas, o personas que por estar de excedencia u otros motivos no están adscritas a ninguna campaña.
En definitiva, la empresa pretende que la plantilla pague con su salario y su prestación por desempleo sus pérdidas, pero cuando hay beneficios, esos no los reparte, más allá de un puñado de ridículas ayudas sociales.
Esperamos que la Autoridad Laboral nos dé la razón y la empresa asuma su responsabilidad.
Os seguiremos informando.
