Uno de los hechos constatados a lo largo de la crisis que vivimos
es que, además de todas las responsabilidades que se puedan exigir
a gobiernos y organismos reguladores por no poner límites al "libre
mercado", se pone de manifiesto que la crisis que afecta a muchas
entidades financieras también tiene que ver con que los gestores
de éstas no siempre han hecho bien su trabajo. En algunos casos,
la gestión ha sido nefasta y ha provocado situaciones de quiebra
como las vividas en Lehman Brothers o en algunas cajas españolas:
CCM y CajaSur. La ciudadanía se enfada, con razón, porque estos gestores
(que al fin y al cabo son asalariados) además de percibir retribuciones
con las que podrían vivir probablemente muchas familias y que se
asemejan, en algunos casos, a las del mercado futbolístico (sólo
que aquellos no entretienen a nadie) siempre resultan indemnes de cualquier
responsabilidad por errores cometidos y daños causados a la sociedad
y a muchas familias. Las cúpulas directivas de empresas de tamaño importante,
como la nuestra, viven en marcos laborales diferentes al del 97% restante
de empleados. No están sometidas a las mismas políticas
disciplinarias que los demás, sus prejubilaciones y planes de pensiones
tampoco son iguales y sus retribuciones mucho menos. El motivo es sencillo:
son ellos los que aplican la política disciplinaria y los que deciden
cómo, cuánto y a quien retribuir. Por supuesto que existen
modelos retributivos en el mercado y la mayoría de empresas los
aplican, pero "la casta" no está sometida a esos modelos.
Por ejemplo, en Banco Sabadell, en la pasada Junta de Accionistas se
aprobó una propuesta de destinar 28.000.000 de opciones sobre acciones
a distribuir entre 322 miembros de la alta dirección. La justificación
de dicha medida es la de incentivar y fidelizar a este colectivo y como
condición para su liquidación, además del precio
de la acción, se establece que es condición necesaria que
"se supere el porcentaje mínimo de cumplimiento de objetivo
personal VEP". No nos cabe duda de que la VEP de estas personas no
se basa en la gestión personal de una cartera de clientes, su VEP
es conseguir que todos los demás trabajen muchísimo con
el menor coste posible. Tampoco nos cabe duda que el mínimo de
su VEP conseguirán alcanzarlo. Convencidos de que lo justo y equilibrado es incentivar y fidelizar
a toda la plantilla, presentamos al Consejero Delegado una propuesta discretísima
en el sentido de que se entregaran 200 acciones a cada empleado. La respuesta
nos ha llegado desde la Dirección de RRHH y es una respuesta obvia,
pero carente de cualquier consistencia. Por un lado nos informa de que las opciones sobre acciones forman parte
"del sistema retributivo que el banco tiene establecido" y ese
es el mismo argumento para decirnos que no aceptan entregarnos las 200
acciones por empleado, como si "el banco" fuera un ente abstracto
y la "política retributiva" un dogma de inspiración
divina.
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Ya
lo hemos dicho antes: cómo, cuánto y a quien se paga lo
deciden los máximos gestores de la entidad y al parecer, han decidido
que se van a incentivar a ellos mismos, que para eso son los que mandan.
En esa misma línea, también decidieron abonar el dividendo
con acciones de autocartera, medida que provoca que este mes de mayo no
hayamos percibido los cuartos de paga de beneficios que cobramos el año
pasado. También nos indican en la carta que el axioma "sistema retributivo"
no contempla compensaciones lineales. Bien, para eso sí tenemos
una contrapropuesta: No tenemos problemas en aceptar que se entreguen acciones en función
de otros parámetros, siempre que 200 sea el mínimo por persona.
Pensamos, incluso, que sería razonable un sistema equiparable al
que se han autoasignado. Es decir, que distribuyan opciones sobre acciones.
Estamos seguros de que la Junta de Accionistas también lo habría
aprobado. El consejero delegado y el director de RRHH deberían acceder
a esta propuesta. Resulta bastante desagradable enfrentar situaciones
que parecen destilar criterios oligárquicos. Nosotros insistimos en nuestra petición porque es justa y porque
Banco de Sabadell puede: han comunicado su voluntad de pujar por CajaSur,
significa que disponemos de suficiente "cash" para comprar,
así que seguro que pueden aprobar nuestra propuesta que sólo
sería de 1.800.000 acciones. Aprovechamos para recordar a todas las personas que trabajan en esta
entidad que hemos de trabajar con rigor, eficiencia y honestidad pero
sin olvidar qué compensación percibimos por nuestro esfuerzo
entregado en este proyecto empresarial y qué percibirán
otros, precisamente por presionar al resto. Volvemos a reiterar lo dicho en el comunicado sobre el empleo: Los gestores no son los amos de la empresa y deben gestionar CON LOS
TRABAJADORES, NO EN CONTRA DE LOS TRABAJADORES. Junio de 2010 |