Acudimos cada mañana a nuestro puesto de trabajo, pero en lugar de iniciar una jornada laboral con ánimos y motivación, lo hacemos con cierto miedo, algunos con auténtico pavor a lo que les puede deparar el día y con la espada de Damocles siempre acechando: ¿qué me pasará si cometo algún error involuntario?, ¿y si no puedo quedarme esta tarde?, ¿y si desconozco algún aspecto de la extensísima normativa, directrices y múltiples sesiones virtuales de formación?, ¿y si no cumplo los objetivos?
Un miedo que, lejos de agudizar nuestros sentidos, provoca parálisis. Todo ello motivado por la abrumadora carga de trabajo, la falta de plantilla y recursos, junto con unos objetivos descomunales que se nos exigen desde las territoriales, regionales y zona y el miedo a que si no llegamos cumplan sus amenazas de despido, de entrar en un ERE, o de cualquier otro tipo de castigo, en función de la capacidad de inventiva y perversión de quien en cada caso emita la amenaza. Junto a todo esto, se avala y estimula que desde cualquier ámbito de Dirección se convoque a cualquier hora de la tarde ya sea para reuniones comerciales, o para aulas o sesiones formativas. Pero no es voluntaria la asistencia, ya nadie cree eso. No hay límite.
Como una mancha de aceite se extiende la idea de que la Comisión Ejecutiva de esta empresa son los amos de las vidas de sus empleados y en consecuencia ellos deciden sobre nuestra salud, nuestra vida privada y nuestro futuro.
Este banco ha perdido cualquier sentido de responsabilidad hacia sus empleados, ha eliminado los valores de los que tanto presume en sus campañas publicitarias (Confianza, Autenticidad, Comunicación, Lealtad, ), para actuar como un perfecto déspota, inculcando miedo entre la plantilla. Y no es demagogia gratuita, algunas situaciones llegan al esperpento:
· ¿Es normal llevarse la cuna de viaje y juguetes a la oficina para atender a los hijos/as por la tarde para evitar amenazas de despidos de sus superiores por no alargar la jornada?
· Los despidos que Banco Sabadell viene efectuando de manera sigilosa, despidos express, injustificados, donde el motivo es lo de menos, porque se trata de detallar una supuesta infracción que, sea la que sea, la sanción que impondrán será el despido
· y la GOTA QUE HA COLMADO EL VASO: EL CASO DE JOSEP MARÍA
Josep Maria es despedido argumentándose ausencia al puesto de trabajo cuando se encontraba de baja (legalmente obtenida de la Seg.Soc.) y habiéndolo notificado por escrito y verbalmente.
Josep Maria tiene una discapacidad declarada, hecho que Banco Sabadell conocía a la perfección ya que se encuentra dentro del porcentaje de contratación del 2% de personal con discapacitación que marca la ley, y ha sido despedido por no haber hecho llegar el parte médico físico al banco, aún habiéndolo comunicado por otros medios.
Este compañero, al que le sobrevino un cólico nefrítico un lunes, fue el mismo día a urgencias dónde además de tratar dicho cólico, se le entregó la baja. La medicación de su patología sólo hace que agravar las consecuencias de un cólico. A la par, comunica por escrito a la empresa su situación, quedando en su poder el documento oficial de la Seg.Social.
Le sobrevino un segundo cólico el martes, y un tercero el mismo miércoles, hecho que provocó una ampliación de la baja, y así se lo comunicó de nuevo a la empresa.
Tanto el DORZ, como los diferentes superiores jerárquicos de la zona donde trabaja eran conocedores de la situación del compañero en cada momento: por escrito y verbalmente.
Pero para el banco no fue suficiente. Mientras Josep Maria se encontraba el lunes en el médico recogiendo el alta, una vez comprobado por el facultativo su mejora (dado su particular cuadro médico), se encuentra al volver a su casa en el buzón de su domicilio la carta de despido por ausencia injustificada del trabajo.
Despedir una persona discapacitada, contratada con la pertinente bonificación empresarial, por sus obvias problemáticas de salud y alegando un mínimo error administrativo, no sólo es inmoral es que es un hecho de dudosa constitucionalidad.
SE HAN PASADO DE LA RAYA
Y nos preguntamos:
¿Estamos ante un proyecto de mejora de la raza bancaria?, ¿está prohibido en Banco Sabadell declarar cualquier patología?, ¿tener familia?, ¿vida privada?, ¿los que declaran una discapacidad no forman parte de su proyecto empresarial?
¿Qué clase de entidad es Banco Sabadell?
¿Es ésta la política de responsabilidad social que quieren proyectar a los clientes y a la sociedad?
Exigimos la reincorporación de Josep Maria. Comfia-CCOO vamos a defender el reingreso de Josep Maria hasta donde nos sea posible.
Comfia-CCOO exigimos que paren la política de despidos injustificados. Que dejen de amenazar, que eliminen el miedo y el acoso de sus políticas de RRHH. Que nos respeten. Que apliquen los valores de solidaridad y humanidad que defienden, tan valiosos y encomiables por otra parte, en su propia casa y con sus propios empleados.
Albert Einstein: Los métodos basados sólo en el temor, la amenaza y la autoridad, destruyen la sinceridad y la confianza, y sólo consiguen una falsa sumisión.
Estate atento a los próximos comunicados. Te interesa estar informado
Noviembre de 2013
