Mientras, el sector se recupera, empieza a ganar miles de millones de euros y negocia con los interlocutores sociales nuevas contrataciones de personal (como han hecho CCOO y Caixa, por ejemplo), BMN sigue inexorablemente por la senda de la destrucción y el desánimo generalizado. Desde luego lo que está haciendo BMN ahora es una jugada, no maestra, sino tramposa: se está deshaciendo de oficinas (alquileres y demás gastos), del personal (más gastos), pero NO SE ESTÁ DESHACIENDO DEL NEGOCIO.
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