
Sin embargo, el caso de Montoro no es, ni mucho menos, el único. Sus predecesores tampoco se han empleado muy a fondo en la reducción de la economÃa sumergida. AsÃ, si analizamos la evolución histórica de los datos facilitados por diferentes estudios, el volumen de fraude siempre se ha mantenido por encima del 20% salvo en el año 2001 y en la década de los ochenta.
Pero este fue un oasis en medio del desierto.Ni Rato, Solbes, Salgado, ni ahora Montoro, han logrado hincar el diente con contundencia a esa gran hidra que es la economÃa sumergida. En parte, porque no han hecho el esfuerzo suficiente para reducir la connivencia de los españoles con el fraude a través de campañas similares a las realizadas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que deberÃa haber ido de la mano de una conducta ejemplar por parte de las élites polÃticas y empresariales en dicha materia, que desgraciadamente no se ha producido.
Pero tampoco han tenido la iniciativa para elaborar informes oficiales de economÃa sumergida, limitar la cantidad de pago en efectivo o una reorganización en profundidad del Ministerio de Hacienda que otorgue más capacidad y autonomÃa a los miles de técnicos de Hacienda. Por tanto, está muy bien abanderar la lucha contra la economÃa sumergida, pero de poco sirve si no aflora, porque no se adoptan las medidas necesarias.
Carlos Cruzado, Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda