Que si hay que dar el servicio al cliente, que si las vacaciones no te las he concedido, que si no podrás tener la jornada intensiva de verano o que si no damos el servicio perderemos el cliente. Nada nuevo bajo el sol.
Pedimos como siempre que se use el sentido común para resolver estos “imprevistos previsibles”. Proactividad por parte de los que dirigen, para que no les pille el toro (el toro les pilla a los que finalmente tienen que sacrificar la jornada de verano). Que se resuelva con voluntarios/as, sin presiones ni imposiciones. Y que se compense por el trabajo que estos compañeros/as van a hacer de más. No es tan difícil, ¿verdad?