En estos tiempos de crisis que vivimos los recortes en gastos están a la orden del día y la salud laboral no parece una prioridad para la dirección del banco. La Inspección Laboral nos ha ido dando la razón, prácticamente en todas sus resoluciones, requiriendo al banco para que en un tiempo prudencial realice esas evaluaciones.

La única respuesta de la empresa, una propuesta de evaluación, no recogida por la Ley, que no es más que una pantomima con la única intención de evitar sanciones. El método solo contempla de pasada los riesgos psíquicos y el posible deterioro en nuestras relaciones sociales como consecuencia de sus presiones, menosprecios, amenazas y cargas interminables de trabajo. Obviamente esta no es la forma de detectar riesgos para nuestra salud. ¿Tan difícil es escoger uno de los dos métodos que la Ley reconoce como válidos?

La reacción de la Inspección Laboral ante esta desidia empresarial ha sido la natural en estos casos: multa al canto. En algún territorio, ante la falta de seriedad de Banesto en este asunto, la Inspección Laboral ha decidido “sancionar económicamente a la empresa hasta que sea más rentable afrontar las evaluaciones que pagar las multas”. A lo mejor así, alguna persona de esas que tanto miran la rentabilidad y el uso racional de los recursos de la empresa se da cuenta de que la protección de la salud de la plantilla produce beneficios por una triple vía: por el ahorro en multas, por los menores costes derivados de las enfermedades y bajas que se consigue evitar y, fundamentalmente, por el compromiso aún mayor y la identificación de una plantilla que percibe que su empresa mira por ella y le protege de posibles daños.

Todas las empresas tienen la obligación moral de velar por el trabajo saludable, pero además también la tienen legalmente. Una empresa como Banesto posee los recursos necesarios para desarrollar buenas metodologías laborales que, a mayor beneficio, les han de producir una rentabilidad duradera en el tiempo.

En próximas reuniones con la empresa seguiremos insistiendo en la necesidad de una adecuada protección de la salud de las y los profesionales de Banesto. Para ello propondremos una serie de protocolos que hemos elaborado para la prevención de la salud en materia de riesgos psicosociales, protección de la trabajadora embarazada, de la lactante, del acoso laboral, de atracos y de violencia externa.

Todas las partes implicadas tenemos que aportar para hacer de nuestra empresa un lugar saludable para trabajar.

Enero de 2012