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Teatro, puro teatro
CCOO BANESTO
La dicotomía entre el banco mediático y el real alcanza cotas preocupantes de esquizofrenia colectiva.
Banesto se ha lanzado en los últimos días a una intensa campaña mediática, suponemos que para contrarrestar las informaciones negativas aparecidas en los medios de comunicación por los despidos y las concentraciones de protesta por los abusos y desmanes cometidos por la entidad en estos últimos días. De cara al exterior, nuestra entidad sostiene mediante un importante esfuerzo económico, una imagen de preocupación social mezclada con una gran gestión económica y unas gotitas de modernidad. La realidad del banco en el día a día de los trabajadores es que seguimos en la caverna de siempre.
De "la mejor empresa para trabajar" hemos pasado rápidamente y sin ningún rubor a "la mejor empresa para despedir". Seguramente es un importante signo de modernidad en estos tiempos que corren, en los que la CEOE clama por el despido libre como principal remedio para salir de una crisis que han provocado sus medidas ultraliberales.
De los grandes resultados económicos que se venden como modelo de éxito social hacia el exterior, pasamos al desasosiego continuo por unas cifras que, según se encargan de propagar los Jefes de Zona, nos van a llevar a la ruina más inminente si no conseguimos los objetivos impuestos, por más absurdos, abusivos e incongruentes que sean
, aunque ya se hayan conseguido en septiembre los de todo el año.
De la presunta importancia de la Responsabilidad Social Corporativa, con la que Banesto manifiesta su interés por uno de los diversos asuntos de moda, hemos pasado a la amenaza, la intimidación y el insulto como principales elementos motivadores para una desmotivada plantilla.
Los Planes de Igualdad y la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral han dejado de ser temas estrellas por su escasa relevancia mediática y ahora Banesto se vuelca en identificar a las mujeres a las que perseguir por su maternidad o para proceder a su despido, como lo demuestra que cerca del cincuenta por ciento de los últimos despidos sean mujeres.
Del Plan de Expansión, celebrado a bombo y platillo por los aduladores de turno como estrategia modélica de innovación comercial, hemos pasado al cierre de oficinas precipitado y confuso, sin más criterio que el de resolver una mayúscula metedura de pata.
Ahora, en esa ciega campaña de ahorro de costes que sirva para justificar unos resultados y los correspondientes bonus a sus artífices, han dado un paso más y no vamos a tener limpieza en las oficinas los sábados. A la ya deteriorada imagen de Banesto le vamos a añadir el de la suciedad por los rincones.
Pueden lanzar las proclamas victoriosas que quieran en la Convención de Directivos de Banesto en Bilbao, a la que CCOO no envió ningún tipo de representación como signo de repulsa y protesta por los despidos perpetrados durante esa semana, que la situación no dejará de ser preocupante por la continua deriva de decisiones de unos directivos más interesados por sus remuneraciones que por el futuro del banco.
Por el contrario, desde CCOO vamos a empeñar todo nuestro esfuerzo en conseguir las máximas readmisiones de compañeras y compañeros injustamente despedidos por Banesto y en mejorar las condiciones de trabajo para los que seguimos en el banco: consiguiendo cerrar los sábados, mejorando los beneficios sociales financieros, etc.
19 de noviembre de 2009
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