La búsqueda de un aliado se ha convertido en la principal
preocupación de los máximos dirigentes de Caja España-Duero. En pleno
proceso de fusión, todavía apenas iniciado, con las prejubilaciones de
los mayores de 54 años aún en trámite y con el personal de las oficinas
cerradas en pleno traslado y recolocación, a la entidad no le queda
tiempo para otra cosa que aliarse con más cajas, o bancos que le mejoren
sus niveles de solvencia.
La exigencia del Banco de España de que las cajas que no
coticen en bolsa, o aquellas que no acudan al capital privado deben
contar con un mínimo del 10% del capital básico en relación a sus
activos ponderados por riesgo deja a la entidad formada por las dos
mayores cajas de Castilla y León fuera de juego.
8,22% de capital básico
El consejo de administración, reunido ayer en León, supo a
través de un informe del presidente, Evaristo del Canto, que el capital
básico de la entidad, una vez hechos todos los cálculos, es del 8,22%,
inferior por tanto al mínimo exigido por el Banco de España salvo que la
caja se decida por crear un banco que pueda recoger al menos una parte
de capital privado o se alíe con cajas o con grupos de cajas que ya
posean un banco. En esa dirección se trabaja informaron ayer fuentes del
consejo de administración y otras cercanas a la negociación con los
posibles aliados.
Si se acepta la versión más extendida de la narración de
lo ocurrido ayer en el consejo, las casi tres horas de encuentro en la
sede leonesa de la entidad sirvieron casi en exclusiva para que Del
Canto y el director general, Lucas Hernández, dieran cuenta de la
situación, explicaran el último decreto sobre solvencia y que el capital
básico con el que se acudirá al Banco de España será del 8,22%.
Primeros cálculos
Algo más, quizá. Hernández y Del Canto acuden el lunes al
Banco de España para conocer una aproximación de los cálculos que el
regulador lleva a cabo para determinar cuáles son los activos ponderados
por riesgo de la caja fusionada.
En función de esos activos calculará el capital básico y
comunicará a la entidad qué cantidad mínima requiere para capitalizarse.
Eso será el 10 de marzo. Después, la caja deberá indicar al Banco de
España cómo llevará cabo la recapitalización: mediante desinversiones,
con la búsqueda de socios, con la formación de un banco que permita la
entrada de capital privado en su accionariado o a través de la
incorporación a un sistema integrado de protección y solvencia (SIP) que
en el fondo es una fusión a través de la formación de un banco al que
ceden el negocio, de manera que las cajas se convierten en arrendatarias
del negocio bancario en sus respectivos territorios.
Del Canto no contó más, a pesar de que varios consejeros
reclamaron mayor información. De hecho, como algunas informaciones ya
han surgido en los últimos días, preguntaron sobre la relación con
Unicaja y el grado de compromiso con esta entidad. La respuesta: «No hay
nada concreto», se informará adecuadamente después de que el Banco de
España presente sus cálculos. Se convocará un consejo extraordinario de
inmediato para señalar cuáles son las opciones, las alternativas, o la
solución más oportuna.
Fuera del consejo
Fuera del consejo, otras fuentes confirman que Evaristo
del Canto ha mantenido encuentros con los presidentes y directores
generales de Unicaja y también con Carlos Egea, el presidente del banco
Mare Nostrum, un SIP formado por Cajamurcia, Cajagranada, Sa Nostra y
Caixa Penedés. La ventaja de Unicaja es que su capital básico es del 13%
y resolvería los problemas de credibilidad de Caja España y Duero. La
ventaja de Mare Nostrum es que ya es un banco, al que la caja fusionada
en Castilla y León se uniría como socio pero sin perder su naturaleza
jurídica de caja. En ambos casos, los ámbitos territoriales de los
posibles asociados no se solapan, otra ventaja. Ibercaja ha sido
descartada, exigía demasiado. «Evaristo del Canto ha mantenido muchos
contactos en estos días, porque hay que estudiar todas las
posibilidades», aseguran.
Las fuentes dejaron entrever que el acuerdo llegará con
quien mejores condiciones ofrezca para que Caja España-Duero pueda
mantener su actividad y conservar naturaleza jurídica y obra social «lo
importante son las condiciones del pacto», indicaron. Aunque para ello
deba convertirse en copropietaria de un banco al que ceda el negocio.
Hay poco tiempo. Este fin de semana se negociará hasta la hora límite de
la decisión final.