Arquivado en Comunicados, Negociacion Colectiva
Departamentos de la Central: una problemática oculta
Desmontando tópicos alrededor de los Departamentos Centrales
Cuando, desde CCOO, tratamos sobre la problemática del personal de nuestra Caja a través de nuestros comunicados, podría pensarse que nos referimos únicamente a los empleados y empleadas de las oficinas, y si bien es cierto que la inmensa mayoría de nuestra plantilla está ubicada en oficinas, y por tanto puede parecer lógico que la mayoría de las veces nos refiramos a problemas concretos que les afectan, no es menos cierto que en los Departamentos Centrales también trabajan compañeros y compañeras con problemas específicos, que no siempre son tratados con la profundidad que se merecen. De entrada, habría que decir que existen una serie de prejuicios, o estereotipos sobre el personal de la Central que deberíamos desterrar de nuestro pensamiento. A saber: que si es un cementerio de elefantes; que si es un conjunto de empleados y empleadas pre-jubilables; que si son muy estrictos con la normativa y caen en una burocracia insoportable, etc., etc. Desde CCOO decimos, afirmamos más bien, que esta visión de los empleados y empleadas de la Central que algún empleado pudiera tener y muchos directivos contemplan como cierta e irrefutable es, además de injusta, completamente irreal. Segundo: en cuanto se refiere al cumplimiento normativo, no es que el personal de la Central sea más estricto, sino que muchos de sus empleados y empleadas trabajan en departamentos de control y supervisión creados, es necesario recordarlo, por la Alta Dirección mediante manuales y circulares de toda clase que ahogan, en muchos casos, la operatividad y diligencia que serían deseables. Con demasiada frecuencia sucede que, cuando se produce un conflicto entre un empleado de la Central y uno de oficinas derivado de una aplicación normativa, lo más probable es que los responsables encargados de la normativa no intervengan para resolver la controversia, quedando el tema atascado. Como debe pasar en las oficinas, hay empleados y empleadas de la Central que a veces presentan propuestas que, si fueran atendidas, ayudarían a aligerar ciertas tareas ya de por si muy pesadas, e incluso, algunas de ellas, absurdas, pero que topan con frecuencia con una cierta indiferencia (cuando no prepotencia) por parte de algunos superiores, que no las tienen en cuenta, con lo cual, el tema queda aparcado, y por tanto, huérfano de soluciones. Y es que hay que tener en cuenta la estructura piramidal de la Institución que, por serlo y mucho, funciona muy bien para ellos (la Dirección). Es el ordeno y mando y usted a callar, tan extendido en esta casa, que no tiene en cuenta las opiniones que vienen de los de abajo y donde la iniciativa de los empleados es vista poco menos que como un acto de rebeldía, y no como la savia necesaria para que la cosa funcione aún mejor. De manera que al final, lo que se consigue es que todo quede empantanado en el escalón superior jerárquico, sin solución de continuidad, y por tanto los problemas, muchas veces, quedan sin resolverse, o solucionados a medias. A modo de ejemplo, sólo hay que echarle un vistazo a nuestro organigrama para darnos cuenta del desbarajuste organizativo. La multiplicidad de responsabilidades, en teoría, debería generar dinamismo, pero con frecuencia sucede todo lo contrario: un endémico inmovilismo lo impregna todo. Y no por culpa de los empleados y empleadas de los Departamentos Centrales (ni por los de las oficinas, naturalmente) E insistimos, ello sucede porque las propuestas de abajo hacia arriba quedan encalladas en medio de una estructura obsoleta, demasiado pendiente de que nadie se pase ni un pelo, lo que acaba generando un grave problema de comunicación y de confianza que repercute negativamente en la calidad del trabajo diario. Por otro lado, hay algún alto Directivo de la Caixa que cree, incluso, en la utopía informática, capaz ella por sí sola, de eliminar buena parte del trabajo manual, destinando el personal sobrante de la Central a otros lugares y menesteres. Utopía, palabra inventada por el humanista Tomás Moro y que le sirvió para describir un lugar nuevo y puro donde existiría una sociedad perfecta. Nada más lejos de nuestra realidad. De entrada hay muchas tareas que a pesar de estar parcialmente informatizadas, por su naturaleza requieren un tratamiento personalizado. Pero además, muchas veces las dinámicas informática y administrativa de nuestra Caja siguen caminos paralelos, no convergentes, a causa, sobretodo, de una cierta desorganización interna de la Entidad. Y, por si no era suficiente, la Dirección, con la excusa de mejorar la productividad de algunas secciones y departamentos incrementa el número de tareas, sin incrementar el número de empleados para llevarlas a cabo, llegando incluso a la paradoja (por no decir burrada) de incrementar la productividad reduciendo personal, incrementando trabajo sin que mejore la tan cacareada informatización salvadora. ¡Genial! Pero aún hay más, y en ese afán de superación del despropósito que mueve en ocasiones a esta Dirección, se fijan objetivos (de tipo administrativo?) sin un criterio demasiado objetivo (y perdonad el juego de palabras) que desorientan a los empleados en cuestión. CCOO solicitó en su momento información a la Dirección para que nos aclarase en qué consistían los objetivos de los departamentos de la Central, recibiendo la callada por respuesta. A veces tenemos la impresión de que muchos de estos objetivos de la Central se fijan sólo para justificar el pago de pluses extra, a según quienes (responsables de áreas, principalmente) Aunque, hay que decir, que algunos Jefes que cobran estos objetivos, en un gesto que les honra, comparten el premio con los empleados de su departamento, pero la mayoría, no. En cualquier caso, es la Dirección la que debería premiar a todos los empleados y empleadas que consigan los citados objetivos, porque no en vano, es el trabajo de todo el equipo el que consigue que se alcance la meta. Finalmente, nos gustaría comentar el tema de los traslados de personal de la Central a oficinas y viceversa. A nadie se le escapa que las tareas de las oficinas y las de los departamentos y secciones de la Central son muy diferentes, y que requieren una fase de aprendizaje -en ambos casos-, máxime si el trasladado es un veterano que lleva toda la vida en un Departamento u Oficina. Cuestión ésta que no parece preocupar ni mucho ni poco a quien ha decidido semejante traslado, y no sólo el empleado o empleada en cuestión recibe la mínima formación para afrontar el reto de una nueva labor, sino ni tan siquiera recibe explicación alguna del cambio ni el alcance y duración del mismo. Los empleados y empleadas somos tratados como simple moneda de cambio de sus transacciones organizativas. Nos tratan como a peones mudos de un tablero en el que se juega la partida del despropósito constante. No es de extrañar, así, que cada vez más, el personal busque otros tableros en los que su aportación como pieza sea reconocida y valorada como imprescindible para conseguir el éxito final en la partida. Y en este juego de los despropósitos que denunciamos, ningún ejemplo mejor que el de aquellos empleados y/o empleadas que van saltando de casilla (Central) en casilla (oficinas) para después hacer caminos inversos, a veces, incluso, en más de una ocasión. Alguien nos podrá decir que muchos de estos temas que hemos tratado en este comunicado de CCOO no son estrictamente sindicales, y que, en todo caso pertenecen más al ámbito de gestión de la Caja, y por tanto serían potestad exclusiva de la Dirección, pero a todos ellos les diríamos que los sindicatos también estamos comprometidos con la gestión de la empresa, ya que estamos presentes en los Órganos de Gobierno de la Caja: Asamblea General, Comisión de Control, Consejo de Administración, y por lo tanto también debemos opinar sobre estos aspectos.
Pasemos, pues, a desmontar algunos tópicos:
Primero: la Central no es únicamente un colectivo de empleados veteranos (como si el serlo fuese un handicap) pendientes única y exclusivamente de su próxima jubilación, sino que constituye un grupo de personas con amplia experiencia que han ayudado a hacer grande esta Entidad, y además han ayudado con sus conocimientos, transmitiéndolos, a que todos aquellos que se han ido incorporando lo hagan contando con su inestimable ayuda. Pero es que, además, podemos afirmar, y demostrar, que hoy por hoy la Central la constituyen, amén de los ya citados veteranos, un buen número de personas jóvenes con una muy buena formación teórica que complementan la experiencia profesional de los más veteranos
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