Tras la negativa de la misma, hemos llevado la negociación a cada empresa. Pero mientras que en otras Cajas ha sido posible llegar a acuerdos, Caja Madrid mantiene a día de hoy, inflexible (e incomprensiblemente), la posición.

La Caja se encuentra en los primeros lugares del Sector Financiero en cuanto a ratios de eficiencia, fruto de la dedicación y el esfuerzo de la plantilla, a la que hay que felicitar por ello y, en no menor medida, de  la confianza de los y las clientes.

Sorprenden, pues, algunas de las medidas de las que vamos teniendo noticia. Y, así, junto a la posición respecto de la víspera de Reyes, hemos conocido la decisión de aumentar determinados importes de comisiones, de manera que pueden afectar más a clientes de la Entidad que se encuadren entre los sectores menos favorecidos de la población, a quienes, además, va a ser la plantilla quien tenga que explicárselo.

Lamentamos ambas decisiones, que casan mal con la de configurar una empresa con voluntad de dar respuesta social a los diferentes agentes que se relacionan con ella, voluntad que va más allá del estricto cumplimiento de lo que establece la normativa vigente.

Entendemos que la Caja debe reconsiderar su disposición para abordar estas situaciones puntuales que afectan, entre otros, a aspectos tan importantes como la conciliación de la vida laboral y privada, o como la necesidad de articular esa respuesta social de la que hemos hablado anteriormente.

3 de enero de 2006