CS de CCOO:
No compartimos el diagnóstico del que parte ya que, entre otras cuestiones, no hace ninguna referencia a los problemas estructurales reales de nuestro mercado de trabajo como son el modelo productivo ni tampoco a los motivos de la crisis y como se agrava en nuestro país. Centra exclusivamente los problemas en el mercado de trabajo para justificar una reforma innecesaria.
No compartimos que la reforma laboral tenga como objetivos los que se manifiestan en el informe, a la luz de los datos estadísticos que disponemos. Pretender decir que se ha frenado la destrucción de empleo por la reforma es como decir que el gobierno tiene una bola de cristal para saber qué habría sucedido de no haberse hecho la reforma.
No se pueden hacer juicios de valor sobre hipótesis que no pueden ser demostradas.
En materia de empleo, según la EPA del II Trimestre del 2013 (último dato disponible) los supuestos datos positivos se producen como consecuencia de varios aspectos:
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Un considerable descenso de la Población Activa
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Una emigración de españoles, nacionalizados e inmigrantes
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La estacionalidad de la actividad económica, si utilizamos los datos desestacionalizados, observamos que el desempleo ha crecido.
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En un año (IIT EPA 2012 - IIT EPA 2013) se han perdido 633.500 puestos de trabajo.
En el informe se hace también referencia a que se creara empleo a partir de menores tasas de crecimiento del PIB y sobre el aumento de competitividad, sobre estas cuestiones es preciso matizar que:
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El crecimiento del PIB necesario para crear empleo (coincidente con el aumento de la productividad por ocupado), en España tiene un carácter anticíclico. Si no se modifica la estructura productiva esta situación no variará. No se corrige con leyes laborales.
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El Índice de Producción Industrial ha caído en el 1,9% interanual, siendo el peor dato en cuatro meses, lo que pone de relieve el empeoramiento de la estructura productiva.
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Es verdad que las exportaciones mejoran, pero no es suficiente para salir de la crisis, además son las mismas empresas exportadoras que había antes de la crisis.
En cuanto a favorecer la flexibilidad interna de las empresas, los recientes datos sobre EREs demuestran el efecto contrario:
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Los despidos colectivos crecen en el 2,1% durante el primer semestre de 2013 mientras que las suspensiones de contratos y las reducciones de jornada disminuyen en el 19,9 % y el 14,3 % respectivamente.
Sobre la mejora de la empleabilidad:
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Se ha reducido considerablemente el presupuesto de Políticas activas de empleo (PAEs) lo que significa un descenso para la formación.
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Se sigue dando formación en familias profesionales que tienen escasa salida hacia el mercado de trabajo.
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Aunque ha aumentado algo el contrato de formación y aprendizaje, sigue siendo residual, al igual que el contrato de prácticas.
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No se ha puesto en marcha, de forma efectiva, el plan de garantía joven, como se demandaba de Europa. No existe de momento evaluación real de la Estrategia de emprendimiento joven.
En materia de empleo:
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Prácticamente todo el aumento del empleo se concentra en el sector servicios y se sigue destruyendo en la industria y la construcción.
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Es de carácter estacional y temporal.
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El empleo que se ha destruido es mayoritariamente indefinido y así mismo la contratación indefinida disminuye.
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Aumenta la contratación a tiempo parcial, como efecto de la total desregulación al incorporar la posibilidad de realizar horas extraordinarias y por la hiperflexibilidad del mismo.
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Los contratos de emprendedores, contrato estrella de la reforma laboral, son absolutamente residuales (120.000 anuales) sobre el volumen total de contratación (casi 14 millones de contratos anuales). Además alcanzan escasamente el 60% los contratos que se mantienen después de un año.
En materia de salarios:
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El efecto de la caída de los salarios, es una menor demanda interna, y una más que limitada capacidad de ahorro, lo que implica menor consumo y por tanto atonía económica y mayores niveles de morosidad.
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Los problemas de competitividad que tiene nuestro país no residen en los costes salariales sino en la debilidad del tejido empresarial y la escasez de inversión productiva.
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La flexibilización de las causas y procedimientos para la inaplicación de los convenios, está deteriorando aún más los salarios, especialmente en el sector servicios, donde se concentran más del 80% de las personas afectadas por inaplicaciones de convenios, sector fuertemente feminizado y donde, salvo excepciones, se parte de condiciones retributivas y de trabajo inferiores, en términos medios, a los establecidos en los convenios del sector industrial.
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Es una afirmación gratuita la que hace el MEYSS al manifestar que las 2.149 inaplicaciones se han producido para evitar despidos.
En relación a la vigencia de los convenios:
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El fin de la ultraactividad no ha dinamizado la negociación colectiva, la ha tensado, incrementando la conflictividad y favoreciendo la devaluación de las condiciones de trabajo, posiblemente el objetivo no declarado que se busca con limitar el periodo de ultraactividad.
En cuanto al paro:
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Sigue aumentando de forma significativa el Paro de Larga duración hasta casi el 60 %
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Aumenta la caída en la cobertura de prestaciones por desempleo y así mismo decae la calidad de la misma, siendo mayoritarias las prestaciones asistenciales.
En cuanto a la lucha contra el fraude:
Solo se está actuando sobre las personas que trabajan y cobran prestaciones (5.000 en el último periodo), sin embargo no se actúa contra los empresarios que comente fraude en la contratación (prácticas fraudulentas, uso indebido de becarios, tiempo parcial sin cotización por horas extra o complementarias), etc.
No se ha incrementado la plantilla de la Inspección de Trabajo, entre otras cosas porque se han quedado vacantes sin cubrir.
Sobre las conclusiones:
Las conclusiones pueden ser rechazadas en su totalidad por falta de veracidad que no se sostiene con el análisis completo de los datos oficiales, sino que se apoya en un análisis sesgado de la realidad. Algunas afirmaciones resultan vergonzantes por su intencionalidad de minimizar la dramática situación del desempleo y la precariedad laboral que se ha visto amplificado por la aplicación de políticas laborales y económicas erróneas, injustas e ineficientes.
En concreto:
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No se ha frenado la destrucción de empleo, estamos ante un breve respiro estacional.
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No se ha favorecido la contratación indefinida, es residual
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No se ha mejorado la gestión eficaz y flexible de las relaciones laborales. Lo que se ha hecho es dar potestad absoluta a los empresarios
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No se ha fomentado la contratación, esta sigue siendo la más baja, como consecuencia de la atonía en la actividad económica.
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No se ha reducido la temporalidad, más del 90 % de la contratación sigue siendo temporal.
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No hay mayor empleabilidad al haberse reducido el presupuesto de las PAEs y en concreto los fondos de formación.
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No hay mayor seguridad, al haberse recortado todos los servicios públicos, educación, sanidad, atención a las dependencias, etc.
Como conclusión final, el efecto real de la reforma es:
Incremento de la pobreza, tanto del conjunto de la ciudadanía como de los trabajadores y trabajadoras en activo.
