'Caja de ahorros recién fusionada, con 45.000 millones de
euros en activos, con el cierre de oficinas superfluas terminado y el
plan de prejubilaciones avanzado busca amistad con entidad similar, o en
mejor posición sobre todo de capital básico, para relación estable y
seria. Inversores en busca de negocio fácil o capitales privados de
fondos, abstenerse, o mejor, deje el teléfono que quizá algún día
llamaremos'. Si existe una página en Internet para relaciones entre
cajas parecida a algunas de las de éxito para generar relaciones de
parejas como Meetic, Be2 o Friend Scout, este podría ser el anuncio que
colocara en su perfil la recién fusionada Caja España y Caja Duero.
Cinco meses después de sellar la unión de las dos mayores cajas
castellanas y leonesas, su dirección ha tenido que acelerar un proceso
que entonces se anunciaba. «Es una primera fase», decían en octubre
pasado los autores de una fusión abierta con los parabienes de los
principales partidos políticos de la comunidad autónoma: Partido Popular
y PSOE. Hasta hubo acuerdo en quién ocuparía la presidencia de la
fusionada; Evaristo del Canto, exdirector general de Caja España y
director territorial de La Caixa en Castilla y León, puesto que abandonó
para ser presidente de una caja con la sede en León, la dirección
general en Salamanca y el negocio, cada vez más centrado en Valladolid y
en Madrid.
Los acontecimientos han ido deprisa. Con la fusión a
medio terminar, Del Canto y el director general, Lucas Hernández,
iniciarán esta semana contactos con otras cajas para crecer en tamaño y
sobre todo, para capitalizarse. Buscan fórmulas que eviten, si están a
tiempo, que el Banco de España aplique una inyección de dinero en su
capital básico, aquel que tienen que guardar para momentos peores y que
se convierta con esta fórmula en el socio de la entidad durante cinco
años, con o sin su consentimiento.
Un quinquenio es el plazo que el Banco de España calcula
necesario para restaurar la solvencia y la credibilidad de las entidades
de ahorro que no lleguen al 10% de capital básico, el llamado 'core
capital' y que tienen hasta septiembre para superar ese porcentaje que
medirá el mínimo de cuentas saneadas que se exige a las cajas de ahorro.
La ratio capital básico señala la relación, en porcentaje, entre el
capital básico -compuesto por el capital y las reservas- del que se
puede disponer de inmediato, frente al valor de las deudas a las que
hace frente la entidad por sus operaciones.
Asamblea, mañana
¿Cuándo comienzan los contactos? pues los informales, por
teléfono, Internet o correo, en cualquier momento, pero fuentes de la
entidad castellana y leonesa indicaron ayer que lo lógico es que tengan
como fecha de inicio mañana, en la asamblea convocada por la
Confederación Española de Cajas de Ahorro. Habrá tiempo para encuentros
generales y otros más discretos, con los protagonistas apartados de las
salas de reuniones. Más cercanos y centrados en el negocio. Del Canto y
Hernández han sido facultados por el consejo de administración de Caja
España-Duero para «explorar» todas las opciones que mejoren la
capitalización. La unión a través de fusiones o la integración de
negocios mediante la creación de un banco conjunto se señala como la más
fácil.
Eso sí, Caja España-Duero no pretende formar un Sistema
Integral de Protección y Solvencia (SIP) con entidades con un capital
básico inferior al 10%. Sumados los 525 millones otorgados por el Fondo
de Regulación Ordenada Bancaria (FROB) para la fusión, Caja España y
Duero terminó 2010 con un capital básico del 8,1%, casi dos puntos por
debajo del mínimo que exigirá el decreto ley del Gobierno, pero casi dos
puntos y medio superior al que se calculaba antes de que se sumaran a
las cifras de la caja los fondos llegados del FROB.
Si las necesidades de ampliación del capital básico
rondaban los mil millones de euros con los primeros datos, en la
actualidad la cifra rondaría los cuatrocientos, un volumen que se
considera más fácil de recolectar en los meses que restan si no hay
acuerdo con otras cajas. Si la bolsa lo permite, algunas desinversiones,
es decir, la venta de acciones de empresas participadas lograría que se
reuniera la cantidad de dinero suficiente. El inconveniente, que el
Banco de España y el Gobierno consideran ahora, tras las exigencias de
los mercados de capitales, que por debajo de los 50.000 millones de
euros en activos, las entidades seguirán con dificultades para acceder
al crédito y su existencia lastra con incredulidad a todo el sistema
financiero.
Camino marcado
El camino está marcado para la segunda fase de la que se
habló en la fusión. Así lo indicaba ayer el secretario de Organización
del PSOE de Castilla y León, Pedro José Muñoz, quien admitía en Ávila
que deben ser el presidente y director de la entidad los que señalen si
existen contactos con otras cajas una vez que recibieron el mandato de
analizar si «a la vista de la nueva reglamentación que se avecina se
puede dar una solución», dijo. «Vamos a hacer lo que podamos para ayudar
en esta nueva fase», dijo en referencia al PSOE, que «va a trabajar con
esa institución para ver cuál es la mejor solución, sabiendo que la
nueva reglamentación puede salir este viernes», agregó Muñoz.
JULIO G. CALZADA | VALLADOLID.