► Por muchos motivos, 2008
ha sido un ejercicio especialmente duro, en
el que la crisis económica ha derivado en una serie de dudas hacia las
entidades financieras; en el que la desconfianza generalizada en la seguridad
de los ahorros produjo un incremento sustancial del limite máximo del Fondo de
Garantía de Depósitos; en el que se han producido acusaciones de haber dado un cerrojazo
al crédito; a lo que se añaden circunstancias específicas de Caja Madrid, que
nos mantienen en la primera página de los medios de comunicación. Todo esto
no ayuda y afecta a nuestra labor diaria, como no podía ser de otro modo.
► En medio de estas circunstancias excepcionales, el desempeño de los
trabajadores se ha situado en un nivel excelente y ha quedado, una vez más,
suficientemente acreditado. Como consecuencia, la valoración que ahora se está
efectuando a los empleados deberá reflejar esta realidad y el
esfuerzo realizado en 2008.
► En cuanto a la valoración
por competencias o valoración profesional anual, este año se ha procedido a
actualizar sus enunciados y factores, para adaptarlos a la nueva realidad de la Caja. En
su aplicación práctica, antes se valoraban 6 competencias con una puntuación de
1 a 6,
mientras que, a partir de ahora, se evalúan más competencias y existen más
rangos en la puntuación de cada una de ellas. Otra novedad consiste en que el
evaluador puede efectuar una subida posterior de 1 punto a la valoración
alcanzada. No obstante, las posibilidades en cuanto a la puntuación final
del empleado son exactamente las mismas que hasta ahora, ya que la
escala de puntos en V3 sigue siendo de 0 a 15 puntos.
► Estas novedades no
afectan, a su vez, al fondo del asunto, ya que lo
que el sistema SVR sigue evaluando en la V3 son las actitudes del empleado, y
no otras cuestiones que nada tienen que ver. En concreto, la valoración de los
resultados u objetivos alcanzados en el ejercicio se efectúa en el factor V2, y
dichos resultados se siguen evaluando en tanto objetivos de grupo, con
la única salvedad de ciertos colectivos concretos que tienen contemplada la
asignación de objetivos individuales, por acuerdo laboral.
► La V3
tampoco puede concebirse como un reparto de premios y castigos, cosa que desde
CC.OO. nunca podríamos aceptar. Nuestra valoración profesional es un sistema
progresivo y abierto en el tiempo, por lo que no debería experimentar
grandes alteraciones de un año a otro, salvo quizás en ejercicios como el
2008, precisamente, en el que los esfuerzos realizados han sido mucho mayores
que en otras ocasiones.
Madrid,
7 de enero de 2009