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CCOO contesta a la SGAE
LLevar la contraria a la SGAE garantiza el sambenito a quien se atreva
La SGAE tilda a CCOO de insolidarios y de echar basura sobre los creadores, mientras sus trabajadores esperan desde hace un año firmar el convenio colectivo que les garantice no seguir perdiendo poder adquisitivo y ni siquiera los discapacitados escapan a su red de recaudadores.
Reproducimos la carata que hemos enviado a la SGAE en contestación a la suya del pasado día 29 que también reproducimos.
Señores de la SGAE:
Acuso recibo de la carta de réplica que me dirige D. Antonio Rojas por
orden de D. Antonio Alférez a propósito del artículo titulado "Lo que
sabemos y lo que deberíamos saber de la SGAE", pidiéndome que la
publique "...con el único fin de que los lectores de COMFIA conozcan la
verdad sobre esta entidad de gestión... ", según dice textualmente el
correo.
He de comentarles que me ha sorprendido, por un lado la inmodestia de
la que hacen gala, al proclamarse poseedores de la verdad y por otro,
la sintonía existente entre ambos señores a la hora iniciar sus
escritos con descalificaciones personales del tipo "...parece haber
bebido en las cloacas de los calumniadores contra la SGAE..."hacia la
autora del artículo, creo que poco acordes con la responsabilidad que
ocupan en el departamento de comunicación de la Sociedad General de
Autores de España. Además me ha sorprendido muy desagradablemente que
está carta personal haya sido filtrada por Ustedes para su publicación,
manipulación y difusión por terceras personas.
Quiero recordarles que el derecho a réplica les hubiese asistido si el
artículo en cuestión fuese obra de esta redacción, no así cuando se
trata de la reproducción de un artículo de un tercero tal como se
desprende del enlace del pie del artículo y como avisamos en nuestra
"Política de privacidad", que verán al pie de nuestra página de portada.
La persona a la que descalifican y a la que declinan emitir está
replica, es una trabajadora que en estos momentos corre el riesgo de
ver embargadas sus propiedades como consecuencia del litigio que
mantiene con la SGAE y a pesar de ello, en todo su escrito aporta
argumentos y ni una sola frase insultante, cosa que no observo en el de
Ustedes, máxime cuando proviene de un departamento que se le supone de
Comunicación. A modo de ejemplo, omiten en la réplica, explicar por
qué no dan a conocer en su página web el repertorio objeto de
compensación y de su representación.
Aunque los argumentos que se abordan en el escrito de la mencionada
señora y que Ustedes califican de errores y calumnias no nos
corresponde a nosotros defender o rebatir, sí que nos permitimos
matizar algunas cosas de las que expresan en su carta.
Lo primero es recordarles que no todo lo legal es siempre
necesariamente justo y que aunque el cobro del canon sea legal existe
mucha gente que tiene serias dudas sobre su oportunidad, cuando no de
su justicia, prueba de ello son las manifestaciones que hizo en su
dictamen, la Comisión Asesora sobre la Sociedad de la Información del
ministro Montilla, el pasado mayo, asegurando que "el canon de copia
privada es un sistema manifiestamente ineficaz e imperfecto" y que,
entre las opciones que se barajan para regular los derechos de autor,
"la más razonable sería la supresión pura y simple del canon". La
Comisión afirmaba además que la nueva redacción del canon podría
suponer un freno al desarrollo de la Sociedad de la Información, y que
por lo que estamos observando no parece que fueran muy equivocados.
Y siguiendo en esa línea argumental sobre lo legal y lo justo, nos
permitimos recordarles que nuestra organización dispone de un parque de
varios miles de ordenadores, impresoras, así como un buen número de
accesorios tipo CD y DVD por los que pagamos un canon a la Sgae que
podemos considerar como millonario y que no sabemos en concepto de qué,
ya que nuestro trabajo en nada afecta a los derechos que en teoría
protege el canon. Hemos de suponer que se nos criminaliza de antemano y
se nos despoja de la presunción de inocencia ya que nos condena al pago
de la compensación de algo que no hacemos y que es totalmente ajeno a
nuestra actividad.
Recalamos a continuación, ya que nos afecta muy directamente, en el
párrafo que titulan "Errores de la SGAE", en concreto hacen mención a
que el cobro de los derechos autorales del festival que la Fundación
Paz y Solidaridad de CCOO realizó recientemente en solidaridad con el
pueblo saharaui, por el que se vio ante la ingrata tesitura de tener
que pagar la cantidad de 3.268,60 euros que nos reclamaron Ustedes, fue
un error y que estos casi siempre se corrigen. ¿Pero cuántos errores
van ya? ¿De verdad se han corregido? ¿Esta corrección se ha hecho antes
o después de su publicación en algún medio de comunicación?
Demasiados errores se nos antojan, que han de corregir cuando la opinión se les vuelve en contra.
Acaban Ustedes el escrito afirmando que echamos basura sobre los
creadores y nos tachan de insolidarios, no es la primera vez que
utilizan esos argumentos contra CCOO, el pasado mayo Eduardo Bautista
en El País decía algo similar. Parece ser que todo el que discrepa de
la SGAE tiene garantizado un sambenito, los internautas fueron
calificados como los pendejos electrónicos, a los de las pymes de
informática se les acusa de beber en las cloacas de los calumniadores,
nosotros somos tachados de insolidarios y de echar basura sobre los
creadores, pero al contrario que a otros nos conceden el privilegio de
ser invitados a "conocer la verdad".
Suponemos que esa verdad con la que nos quieren iluminar y esa
solidaridad de la que los demás carecemos es la que ya disfrutan sus
trabajadores, que durante los últimos tres años han perdido un 3,68% de
poder adquisitivo en sus salarios, mientras, la empresa ha obtenido
unas ganancias con un incremento anual de los ingresos por descuentos
superior al 7% (en 2005 ha sido 9,13%, y supera récords de recaudación
año tras año: ).
Desde septiembre del año pasado tienen denunciado el convenio y hasta
la fecha ha sido imposible acordar con Ustedes uno nuevo, esperamos que
esta vez sí sea solidario.
Suponemos que esa verdad de la que presumen es la que ya conocen los
colectivos sociales que también, por si acaso, son criminalizados de
antemano y condenados a pagar el canon correspondiente de todos los
ordenadores, impresoras, CD, etc. necesarios para el desarrollo de su
labor social.
O esos otros colectivos que se ven sorprendidos cuando pasa el
recaudador reclamando el diezmo del acto benéfico de turno: conciertos
por las víctimas del 11M, discapacitados, afectados por el Prestige,
refugiados saharauis, radios sin ánimo de lucro, bodas, romerías, y un
largo etc. (Recopilatorio errores SGAE)
Suponemos que también deben ser esa verdad y esa solidaridad las que
también ya conocen las numerosas pymes que están viendo peligrar su
futuro, con el consiguiente riesgo de deslocalizaciones, mientras los
ingresos de las entidades de gestión han experimentado un incremento en
sus ingresos desde la introducción del canon en 2003 de un 267%, es
decir un 90% anual, datos que manejó la Comisión Asesora de la Sociedad
de la Información a la hora de efectuar sus críticas a la imposición
del canon.
Aunque ya sabemos que no hay más sordo que el que no quiere oír, en
todos nuestros comunicados y en nuestras actuaciones, CCOO ha dejado
claro y con contundencia su rechazo a la piratería y el derecho de los
creadores a cobrar por sus obras, lo que no es sinónimo de acepatar la
implantación de un canon a todas luces injusto e insolidario como el
que estamos soportando, tenemos muy claro el papel de los creadores y
la necesidad que nuestra sociedad tiene de ellos, al igual que la
necesidad de las grandes y pequeñas empresas que conforman el tejido
productivo y que dan trabajo a las personas que representa el
sindicato, por ello todo lo que contribuya a la privación de honorarios
a los creadores, al cierre de empresas, a deslocalizaciones, a pérdida
de puestos de trabajo se encontrará con nuestra contundente oposición,
como ha sucedido siempre.
Creemos que al igual que la sociedad avanza y experimenta
transformaciones, la economía y la forma de hacer negocios también
están sujetos a esa metamorfosis y quienes no lo acepten y se oponen a
ella están condenados a ser arrollados por el imparable tren de la
evolución,
Ya hemos visto como en el mundo de la música y su distribución, las
nuevas tecnologías han brindado nuevas oportunidades de negocio y han
apuntado nuevas formas de distribución, los que se han sabido adaptarse
están siendo catapultados por la ola, no así los que se aferran a
sistemas y formas de hacer ancladas en el tiempo y rechazadas cada vez
por más gente.
Así como entendemos la razón de ser de los creadores, de los artistas,
de las empresas, no entendemos la razón de ser de una Sociedad que vive
de unos ingresos que han sido claramente cuestionados por la Comisión
asesora de la Sociedad de la Información, que puede hacer peligrar una
parte del tejido productivo de nuestro país, que puede dar pie a
pérdida de puestos de trabajo y a deslocalizaciones, que no es nada
solidaria con sus propios trabajadores, que se ha ganado a pulso el
rechazo de colectivos cada vez más numerosos.
Creemos, pues, llegado el momento no sólo de cuestionarnos medidas como
el cobro del mencionado canon, sino la forma de hacer negocio de la
Sociedad que lo cobra y su papel en la Sociedad de la Información, si
es de desarrollo o de freno, como apuntó la mencionada Comisión Asesora
en su dictamen.
Y para terminar, aún no teniendo ninguna obligación en este caso a
publicar réplicas, como aclaramos al principio, creemos que la
publicación de esta, es muestra de que no nos asustan las discrepancias
ni nos molesta que no nos den la razón, a la vez que puede servir para
que se entienda el tono de nuestra respuesta, por lo que en nuestro
boletín publicamos tanto el cuerpo del correo electrónico, como de la
carta adjunta.
Correo electrónico recibido el pasado día 29
Estimado Francisco González,
el pasado viernes, 25 de agosto, el Boletín COMFIA publicó un artículo,
titulado "Lo que sabemos y lo que deberíamos saber de la SGAE" y
firmado por Ana María Méndez, en el que se vierte una serie de
calumnias y difamaciones contra la Sociedad General de Autores y
Editores. Como réplica a ese texto y con el único fin de que los
lectores de COMFIA conozcan la verdad sobre esta entidad de gestión que
reúne a más de 86.000 creadores, le adjunto esta carta de réplica, con
la firma del director del Departamento de Comunicación de la SGAE,
Antonio Alférez, para su publicación.
Sin otro particular, reciba un cordial y atento saludo,
Antonio Rojas
Departamento de Comunicación SGAE/Fundación Autor
Plaza de Santa Bárbara, 10, 2º
28004 Madrid
Carta adjunta al correo electrónico
Carta al editor de dia a dia.net
Deseo formular una aclaraciones en relación con el extenso artículo Lo
que sabemos y lo que deberíamos saber de la SGAE, firmado por Ana Mª
Méndez y publicado en su portal.
El referido artículo es un cúmulo de errores y calumnias en torno a la SGAE. La autora afirma que conoce muy bien las respuestas de la SGAE; de hecho sólo parece haber bebido en las cloacas de los calumniadores contra la SGAE, utilizando argumentos rebatidos en numerosas ocasiones, vía rectificaciones en los medios o bien en los tribunales de justicia, a donde la SGAE se ve obligada a llevar a algunos de sus difamadores.
Trataré de poner cierto orden en torno a una serie de conceptos tergiversados por la redactora.
Copia privada
La SGAE no ha implantado ese canon. La remuneración por copia privada (es la correcta denominación del llamado canon) se viene aplicando en España desde 1992, primero para los soportes analógicos y , desde 2003, para los digitales. Al igual que en la inmensa mayoría de países de nuestro entorno, el legislador entendió que cualquier ciudadano era muy libre de copiar un disco o una película para su uso particular. A cambio, se establecía una módica compensación a autores, intérpretes y productores en los soportes de grabación. Cuando la irrupción de los soportes digitales, una serie de fabricantes se opusieron a ese pago, pero seis sentencias judiciales ratificaron la postura de la SGAE y de otras cuatro sociedades de gestión de derechos. Consecuentemente, los fabricantes y las sociedades gestoras de derechos llegaron a un acuerdo en 2003. Las gestoras de derechos se sienten satisfechas del acuerdo y, presumiblemente también, los fabricantes, como quiera que en tan sólo cuatro años han pasado de vender 115 millones de soportes vírgenes (2001) a 585 millones (2005), un incremento del 409 %.
Copyright frente a copyleft
La autora del artículo imagina un mundo de obras autorales cuyo disfrute y uso está sometido al pago de derechos y otro, creciente, de artistas que ofrecen gratis total su repertorio en el piélago del copyleft, al tiempo que se pregunta cuántas son las obras que administra la SGAE. Los artistas viven de sus obras y esperan una remuneración por su uso. En esa portura está la gran mayoría: más de dos millones en todo el mundo. Y junto a ese planeta está el movimiento o filosofía copyleft, con varios miles de autores. Por lo que respecta al repertorio sujeto a compensación (como solicita Ana Mª Méndez) la SGAE gestiona los derechos de más de tres millones de obras de sus 86.000 socios, además de la utilización en España del repertorio de más de dos millones de creadores de todo el mundo.
Errores de la SGAE
Nadie en esta Sociedad ha afirmado nunca que la SGAE no cometa errores. Algunas veces suceden, pero casi siempre se corrigen, como el referido caso del cobro de los derechos autorales en un festival a favor de la causa saharaui. Por lo demás, tanto la SGAE como la Fundación Autor tienen un récord admirable de apoyo moral y económico a una larga lista de causas sociales.
Recintos escénicos
En el artículo se censura el programa de recintos escénicos que está proyectando la SGAE: Palacio del Infante don Luis, LEscenic de Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Bilbao.... La SGAE ya ha dado una explicación: un porcentaje de la compensación por copia privada se ha de dedicar por ley a la promoción del repertorio de sus socios. Los socios, a través de las Asambleas y de las deliberaciones de la Junta Directiva, han considerado que de cara al futuro sería muy conveniente disponer de recintos en donde se prestara una atención especial al repertorio propio. Estos recintos, además, se llevarán a cabo como proyectos conjuntos con los municipios y Gobiernos Autonómicos en donde estarán emplazados.
La SGAE no es Leviatán
En todo el texto se advierte claramente una voluntad de calumniar o difamar a la SGAE: que es intocable; que administra con oscurantismo y a su antojo; que tiene hilo directo con los ministerios para imponer su sistema de recaudación; que implanta canon a su voluntad; que criminaliza al sector tecnológico...
+La SGAE son sus socios, que eligen a los miembros de su Junta
Directiva, ante la que ha de responder el cuerpo administrativo. La
SGAE, como tal, está tutelada por el Ministerio de Cultura, tiene sus
auditorías internas y se ha de someter al control de cualquiera de las
160 sociedades autorales del mundo con las que tiene contrato de
reciprocidad. La SGAE es una de las siete grandes sociedades autorales
del mundo y su presidente ejecutivo ha sido durante dos mandatos
presidente de la CISAC, que es la confederación mundial de sociedades
de autores.
+La SGAE respeta cuidadosamente el entorno legal y político del país.
El canon, como todas las otras regulaciones, se enmarcan en una Ley,
votada en el Congreso por los representantes de la ciudadanía. Y si hay
algún problema en la interpretación de esa ley, la Justicia se encarga
de derimir el contencioso. No caben otras historias. Por supuesto, los
responsables de la SGAE se esfuerzan en hacer llegar los puntos de
vista y los intereses de sus socios a la opinión pública y a los
agentes sociales: partidos políticos, sindicatos, las distintas
administraciones públicas, etc.
+La SGAE, sobre todo, se esfuerza en defender a sus socios y a este
respecto lamenta la falta de solidaridad que sufre este importante
colectivo. Al margen de unos pocos centenares de casos, el colectivo
autoral es de los más castigados de nuestro país, con una gran mayoria
con ingresos por debajo del salario mínimo y que, obviamente, se ven
obligados a recurrir al pluriempleo para salir adelante. Que los
grandes grupos intenten apretar las clavijas a los autores es
lamentable; pero que un órgano de comunicación sindical se dedique a
echar basura sobre los creadores y una de las entidades gestoras de sus
derechos es irracionalmente insolidario.
Antonio Alférez
Director de Comunicación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)
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