La hora de los clientes

Fusionadas Caja España y Caja Duero, comienza la cuenta atrás para que los ahorradores noten las ventajas de la operación

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Todos los órganos de gobierno de Caja España y Caja Duero han dado vía libre a la fusión de ambas entidades y la Junta de Castilla y León y la Comisión Nacional de la Competencia harán lo propio en algún momento de los próximos tres meses que tienen de plazo. Ya sabemos que la sede de la Presidencia estará en León y la de la Dirección General, en Salamanca; que el fruto de la fusión tendrá 46.600 millones de euros en activos y que se desprenderá de 846 empleados y de 253 oficinas. Ahora se avecina un año -o puede que dos, depende de a quién se consulte- para hacer efectiva la integración y 'pulir los flecos'. En la operativa del día a día, no pocos de estos flecos requerirán cambios que afectarán a los dos millones y medio de clientes que mantienen relaciones con alguna de las dos entidades, o con ambas.
En una carta dirigida a sus impositores, el presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, aseguraba hace unos días que la entidad resultante «ofrecerá mejor servicio y unos productos financieros más atractivos; y será más rentable, más eficiente y más solvente». Sin embargo, en lugar de alusiones al servicio y la eficiencia, algunos preferirían aclarar cuestiones sobre sus cartillas, sus tarjetas y sus ahorros. Por ejemplo, ¿qué pasará con las libretas, en especial con las de aquellos clientes que tienen una en cada caja? ¿Y con los fondos de inversión, o los planes de pensiones? ¿Con qué tarjeta de débito operará la futura entidad y cuál será el cajero automático al que haya que ir a sacar dinero? ¿Qué sucederá con los seguros de vida, teniendo en cuenta que ambas cajas tienen negocios por separado con aseguradoras diferentes?
El anuncio publicado en el Bocyl acerca de la fusión de Caja España de Inversiones, Caja de Ahorros y Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Salamanca y Soria señala textualmente que la nueva entidad queda «subrogada en todos los derechos, acciones, expectativas, obligaciones, responsabilidades y cargas (de las dos entidades), con carácter general y sin reserva ni limitación alguna, permaneciendo vigente por tal subrogación, sin modificación, gravamen ni perjuicio, los derechos y garantías de terceros», es decir, de sus clientes.
Los ahorradores, pues, no tienen de qué preocuparse por la operación. Es un hecho que la nueva caja será más fuerte y competitiva y, de esta manera, podrá ofrecer mejores condiciones a sus usuarios. Su cartera de clientes será más amplia y, por tanto, dispondrá de más dinero para mejorar su oferta crediticia y acometer más y mayores inversiones.
¿Cómo me afecta?
Todos los depósitos, los fondos, créditos y tarjetas mantendrán sus condiciones iniciales de manera íntegra. Eso sí, en algún momento puede cambiar el número de la cuenta corriente, o de la libreta de ahorro, debido a cuestiones meramente técnicas. La entidad informará del trámite al afectado y se encargará de 'reconducir' todos los recibos a la nueva numeración. Por otro lado, también habrá quienes tengan que cambiar de sucursal, ya que la fusión trae consigo el cierre de 253 oficinas en toda España.
Y ¿cuándo será la fusión de las cartillas?, se preguntan los impositores con depósitos abiertos en ambas cajas que soportan sus costes por partida doble. Esto tendrá que esperar. Los gestores aún no han decidido el sistema informático que utilizará la caja única y encargarán a una consultora especializada (barajan el nombre de McKinsey) que elabore una propuesta. Durante la negociación las cajas no se pusieron de acuerdo para migrar a uno de los dos sistemas en funcionamiento. Las fuentes consultadas señalaron que mientras el de Caja Duero es más obsoleto y más barato, el de Caja España es más moderno, pero 'cautivo' de IBM. Por el momento, lo único decidido es la segregación de las actuales funciones vinculadas a Informática en dos divisiones, que serán Informática (en Salamanca) y Logística (en León).
Para optimizar la fusión de las entidades, la integración de los procesos tecnológicos debería estar completada este mismo año, aunque no se descarta que tarde algo más. Los veteranos de Caja España todavía recuerdan los tiempos de la absorción del Banco de Fomento, cuando llegaron a instalarse ordenadores con los dos sistemas en algunas sucursales para poder atender a los clientes de una y otra entidad de origen.
«No se trata sólo de la fusión de dos cajas de ahorros -señalaron fuentes de Caja España-, sino de dos operativas y dos sentidos empresariales diferentes».
Fondos, planes, cajeros
Los fondos de inversión y los planes de pensiones ya contratados mantendrán inalteradas las condiciones fijadas del día de la firma, aunque es de prever que la entidad resultante, gracias a su mayor tamaño, pueda acceder a nuevos mercados y ofrecer productos más competitivos.
Un caso algo diferente es el de las tarjetas de débito y los cajeros, ya que en la actualidad las dos entidades están adscritas a sistemas de pago distintos. Caja España está integrada en Servired, mientras que Caja Duero pertenece a la red Euro6000. Aun cuando la caja resultante deberá elegir con cuál de las dos se queda («será una decisión técnica basada en costes y eficiencia», aseguran las fuentes consultadas), los clientes no verán modificadas las condiciones que hayan suscrito originalmente con su entidad. Así pues, permanecerán intactas tanto las comisiones como los intereses.
En la actualidad, Caja España cuenta con 744 cajeros automáticos, mientras que Caja Duero suma 642. Como mínimo, todos aquellos que están en las sucursales que cierren también desaparecerán.
Servired, que está formada por 103 socios entre los que se encuentran, además de Caja España, el BBVA, La Caixa y Caja Madrid, acapara cerca del 60% del total de operaciones de compra con tarjetas que se realizan en España. La red Euro6000, el sistema promovido por la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), posee el 20% del pastel y el otro 20% restante está en poder del Sistema 4B (Banco Santander, Banesto, Banco Popular, etc.).
También en el negocio de los seguros las dos cajas están asociadas a diferentes entidades especializadas. La aseguradora británica Aviva es la socia de Caja España, mientras que Mapfre lo es de Caja Duero. En ambos casos, la alianza está articulada a través de la rama de vida y pensiones de cada caja; Mapfre tiene el 50% de la filial de Caja Duero y Aviva posee la mitad del capital de Caja España Vida y Pensiones. Las empresas aseguradoras controlan la gestión de cada una de las filiales conjuntas, que distribuyen sus productos en las redes de una y otra caja. La fusión de Duero y España obligará a adoptar alguna modificación en estos acuerdos y, aunque a priori lo más lógico podría parecer la salida de uno de los dos socios, no hay que descartar otras posibilidades.
De hecho, hace unos meses, el director de Seguros y Pensiones de Caja España, José Vicente Fuentes, rechazó que la entidad resultante deba romper totalmente con una de las dos aseguradoras. «Aunque es un ejercicio de especulación decir cómo se solucionará esta cuestión, no es probable la desvinculación total de las aseguradoras, ya que las alianzas son buenas y generan mercado», declaró a Efe.
La futura caja única gestionará un volumen de primas de más de 200 millones de euros. Al igual que en los otros casos, en todo momento se mantendrán los derechos y obligaciones de contratación, de manera que la integración no afecte en nada a los clientes. Sea cual se a la decisión que se adopte, el resultado no supondrá ningún un gasto para los asegurados. Podrá cambiar la denominación de los productos pero, para alterar las condiciones, el tenedor deberá dar su consentimiento, de modo que el cambio sólo podrá ser para mejor.
Y vuelta a empezar
Después de los siete largos meses que han tardado Caja España y Caja Duero en formalizar su relación y anunciar su enlace de manera oficial y definitiva, a mediados del mes que viene nacerá formalmente la nueva entidad, con el otorgamiento de la escritura pública de la fusión y su inscripción en los registros mercantiles. Será el adiós definitivo a la figura del 'torito' y la imagen del 'río que se cruza en tu vida'.
Comenzará entonces, ya con un consejo único, la cuenta atrás para la fusión completa y efectiva de los negocios y las redes. Las proyecciones realizadas por los encargados de planificar la culminación del proceso contemplan el 2015 como el ejercicio en el que se apreciarán con total efectividad los beneficios de la integración en los balances.
Sin embargo, fuentes internas y expertos externos coinciden en que, tal como están las cosas, cinco años es una eternidad. Incluso existe cierto consenso en que en un plazo bastante más corto, que algunos fijan en doce meses, la pista de baile de las fusiones volverá a estar movidita. «La caja debería estar perfectamente redimensionada, saneada y con los mejores márgenes en su cuenta de resultados dentro de un año, para así encontrarse en una buena posición cuando llegue la segunda ronda de fusiones», señalaron fuentes procedentes de Caja España.