Caja España y Caja Duero siembran una fusión que destruirá hasta 1.400 empleos

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Buenas y malas noticias. Hay principio de acuerdo para fusión, habrá reestructuración de empleo. Caja Duero y Caja España han comenzado el 2010 como terminaron el 2009: con prisas y en vías de un matrimonio a la fuerza apadrinado por el Banco de España. El supervisor lanzó un ultimátum a las dos cajas castellanoleonesas el pasado 30 de diciembre para que lleguen a un acuerdo vinculante antes de este jueves 7 de enero, plazo límite para la operación impuesto por el supervisor bajo amenaza de intervención.

Portavoces de las dos cajas declinaron realizar comentarios a Cotizalia. Lo harán hoy, martes, cuando a partir de las 10,00 horas en León y Salamanca, los consejos de administración que presiden Santos Llamas (Caja España) y Julio Fermoso (Caja Duero) votarán su adhesión a un protocolo de fusión, según algunas fuentes, "o preacuerdo", según otras, que nace con la necesidad de "una profunda reestructuración de la red comercial", dijeron fuentes financieras a Cotizalia, debido al solapamiento de oficinas en Valladolid, León y Salamanca, así como a la duplicidad de los servicios centrales.

Según las cifras que se barajan, su red actual cuenta con 1.160 oficinas (600 y 560 por banda), así como cerca de 6.000 empleados en conjunto. Su unión desembocará en el cierre de más del 20% de las oficinas (250) y tendrá efectos similares sobre el empleo: entre 1.200 y 1.400 despidos y prejubilaciones. El reparto de poder, atascando el proceso desde hace un año, ha provocado poco a poco la salida de otras entidades de la región (Caja Burgos, Ávila y Segovia) de la fusión.

Finalmente, la más pequeña Caja Duero, con 20.000 millones de euros en activos, se hará con las riendas y la gestión de la caja fusionada pese que Caja España le supera un 30% en tamaño (26.000 millones), a cambio de ceder la sede social, la dirección de Recursos Humanos y servicios generales. El grueso, incluida la dirección general y operativa, Obra Social y Auditoría, se irán para Salamanca. Queda en el aire quien liderará el hólding de participaciones industriales de las dos cajas, aunque todo apunta a que será también Duero quien la dirigirá.

Una negociación dominada por políticos

Los 10 responsables de la comisión negociadora de las dos cajas se mantuvieron 'encerrados' en el Parador Nacional de Tordesillas (Valladolid) el domingo y el lunes para firmar un protocolo de fusión a dos, con el que pretenden captar cerca de 700 millones de euros en fondos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que dirige el Banco de España, según fuentes financieras.

A la histórica población vallisoletana -donde se firmó el tratado de 1494- acudió el lunes a comer Tomás Villanueva, vicepresidente segundo del gobierno autonómico y consejero de Economía, y de rebote asistió al encuentro entre los equipos de Fermoso y Llamas para pulsar el estado de las negociaciones. "Ha salido muy optimista de aquí", señalaron desde una de las cajas. Las posibles presiones de Villanueva, defensor de la operación, fueron excusadas por Fermoso (Caja Duero) al termino de la reunión. "De aquí no se levantan hasta que no haya acuerdo", dejaron caer desde una de las cajas a primera hora de la tarde.

En la cumbre de las dos entidades participaron diez personas, en su mayor parte políticos. Por parte de Caja España estuvieron el presidente Llamas y el director general Javier Ajenjo, así como dos políticos Francisco Fernández (alcalde de León) y Elicio Fierro, sustituyendo a la vicepresidente de la Junta, Isabel Carrasco, de vacaciones. Por Caja Duero le representaron Fermoso, el director general Lucas Hernández, y el alcalde de Soria, Carlos Martínez, el ex delegado del Gobierno, Isaías García Monge, el secretario del PSOE de Salamanca, Enrique Clemente, y el concejal del PP, Fernando Rodríguez.

Cotizalia

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