Cuando la realidad de la EPA supera la ficción del Sexpe, la administración regional se hace preguntas con respuestas muy evidentes, pero ya ha perdido la oportunidad de anticiparse. Y es que cuando un gobierno se empeña en expulsar a sus usuarios del Servicio Público, termina consiguiéndolo, aunque no del todo, porque los desempleados no se van a volatilizar, aunque terminen estadísticamente transfiriéndose de un registro administrativo del Sexpe a una realidad que no se puede esconder porque salta el chivato de la Encuesta de Población Activa.

Es lo que está pasando en los Servicios Públicos de Empleo, que de tanto recortar el salario diferido de una persona desempleada a través de las políticas activas de empleo, estos se preguntan, ¿para qué? Solo en el Presupuesto de 2012 el recorte de estas políticas han supuesto un 56%, habiendo desaparecido casi en su totalidad programas esenciales como el de la Orientación Profesional. Si no tengo un servicio público que me informe, que me oriente, que me forme o recualifique, que me oferte salidas y marque una hoja de ruta para el empleo; si solo tengo controles improductivos, cosméticas luchas contra el fraude sobre aquellos que no tienen nada para delinquir, llamadas burocráticas que solo justifican la inoperancia de sus gestores- ¿qué necesidad tiene un desempleado de guardar cola para terminar percibiendo que este servicio, para él, es más un problema que su solución?. Si a todo esto le unimos que vivimos en un contexto de recortes de derechos laborales y prestaciones por desempleo, de desregularización de la negociación colectiva, de laxitud ante el fraude empresarial, de escasez del empleo, de competencia desleal entre empresas, el caldo de cultivo es propicio para una economía sumergida que ya no necesita a la mano de obra inmigrante o irregular, porque el ejército de mano de obra barata autóctona está a su servicio.

Entonces, la vicepresidenta y consejera de Empleo, Cristina Teniente, extrañada porque la ecuación no es perfecta, se choca con que la realidad de la EPA supera a la ficción de un Sexpe en vía de desgüace, propiciado por políticas neoliberales que fomentan, desde el gobierno de Rajoy, "soluciones" tan peregrinas como reducir las prestaciones por desempleo para mostrar el camino hacia el empleo. Y es que el desempleo en nuestra comunidad y en nuestro país no es un problema de actitud de las personas sin trabajo. La "brecha abierta", entre EPA y paro registrado, a la que hacía referencia la vicepresidenta de la Junta no es una conjura contra el nuevo modelo de "emprendedores" de Monago, sino la expresión de que cuando no se interviene con políticas correctoras en un mercado cada vez más desregularizado la realidad es muy tozuda y acaba imponiéndose.

Y es que hay que leer e interpretar los tiempos. No es lo mismo hablar de la situación anterior a la crisis que hablar del momento actual. En 2007, no todas las 73.923 personas registradas en el Sexpe podían mostrar su disposición a trabajar en un momento determinado, pero sí estaban dispuestos a seguir activos en procesos de cualificación. Ahora estamos en plena crisis, con el 20% de los hogares con todos sus miembros en paro y con la tasa de desempleo disparada. Por no hablar de la escasísima esperanza de que el Sexpe pueda ofertar un empleo inexistente en nuestro débil tejido productivo. Y a todo esto, no beneficia la cantinela "subliminal" de criminalizar al desempleado y/o cambios en la orientación del servicio público de empleo estatal, donde se habla de medidas preventivas, suspensiones cautelares de prestaciones, investigaciones por los órganos competentes en materia de lucha contra el fraude, procesos sancionadores-

A partir de la publicación del decreto nace la obligación, por parte de los inscritos, de presentar a los servicios públicos de empleo los elementos que demuestren que se están efectuado actuaciones de búsqueda activa de empleo, reinserción laboral o mejora de ocupabilidad y de no acreditarse se considerará el incumplimiento del compromiso de actividad y se abre la vía del procedimiento sancionador.

La brecha entre paro registrado y EPA seguro que puede abrirse más, pero no se trata de si son galgos o podencos, se trata de replantear políticas que no expulsen a las personas desempleadas de los Servicios Públicos de Empleo. Todo apunta a que la desaparición de programas como el 'Prepara', los nuevos criterios para la obtención de una prestación no contributiva o asistencial, unido a valoraciones de ineficacia de las políticas activas de empleo que realizó la portavoz de empleo del Gobierno del PP, Carmen Alvarez-Arenas , para justificar el "hachazo" de más de 1.500 millones recortados en los Presupuestos Generales del Estado de 2012, profundizará, sin duda, en la estimación de este servicio público, más necesario que nunca, como problema y no como solución. Es evidente, que el objetivo final de estos gobiernos es su devaluación para firmar su finiquito.