El blog de Gonzalo se está convirtiendo en otro elemento más de presión sin sentido. La teoría nos dice que se debiera enriquecer con las aportaciones libres y voluntarias de los interesados en participar en los temas propuestos, pero no es así.

La dinámica diaria de trabajo genera suficientes inquietudes como para llenar varios blogs si hubiera tiempo y tranquilidad para ello. El blog de Gonzalo es un elemento más que distorsiona el trabajo diario de las oficinas, con el único fin de justificar el quehacer diario de sus autores.

Los directores de las oficinas deben ineludiblemente hacer sus aportaciones al blog. Hay un control estricto sobre las veces que los interesados participan, se ejerce la tradicional presión para que aporten las soluciones que se quieren oír y desde las Zonas se llama al orden a los despistados que han tenido retrasos en hacer los comentarios correspondientes o que han sido inconvenientes en sus manifestaciones.

Tampoco podemos hablar de objetividad, imparcialidad y libertad a la hora de hacer las aportaciones. Las opiniones críticas son sistemáticamente censuradas y el blog se ha convertido en un incesante catálogo de loas y parabienes a la gestión de la superioridad. 

Así las cosas, nadie tiene claro para qué sirve el blog, salvo para regalar los oídos a la superioridad que lo ha llenado de lugares comunes con unos comentarios dirigidos por los responsables en un magno ejercicio de autocomplacencia.

Seamos serios, las soluciones novedosas e imaginativas no pasan por una nueva vuelta de tuerca contra los de siempre, de esto ya sabemos demasiado. 

23 de Diciembre de 2009