Arxivat a Documentacion, Socio Economico
LA PUNTA DEL ICEBERG
Macrohólding tecnológico SGAE, un chollo para directivos
¿Recuerdan la película Cómo ser John Malkovich (Being John Malkovich)? Una empresa descubre que el sitio más barato para instalar sus oficinas sin renunciar a estar en un edificio céntrico es el espacio entre dos plantas, aunque alquilarlo suponga que sus empleados se pasen el día doblados por la mitad para no darse con el techo. Entre la sexta y la octava planta del número 36 de la Gran Vía madrileña deben estar experimentando algo similar, si no, es difícil explicarse cómo pueden convivir tantas empresas.
14-07-2007 - Ana Tudela - El Economista.-
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), conocida hoy más que
nunca por la polémica sobre el canon digital que se quiere aplicar a
dispositivos que reproducen contenidos protegidos por la ley
intelectual (música, vídeo, etc.), ha creado un entramado de sociedades
que compiten en su actividad con áreas económicas que poco tienen que
ver con la gestión de derechos. Su estructura es mínima.
La Central Digital, que cuenta como activo principal con una plataforma
de venta de contenidos en la Red; Portal Latino, tienda de música en
Internet presentada públicamente como propia por la SGAE; Latinergy
(web de música latina), Museekflazz (web de venta de contenidos de
jazz), Egrem (de música cubana)... Todas ellas tienen en común el
domicilio social y que, de una u otra forma, se prestan servicios entre
sí. Pero no son las únicas que habitan en Gran Vía 36.
Hay vecinas que no cuelgan del árbol societario que en los últimos años
ha ido creando SGAE y que sin embargo tienen nombres comunes entre sus
administradores. Microgénesis y Coqnet, empresas dedicadas al
asesoramiento y creación de negocios en Internet no entran en la
estructura pero tienen un punto en común además del domicilio social:
los directivos.
El nexo de unión es la Sociedad Digital de Autores y Editores, S.L.,
(SDAE) el brazo tecnológico de la propia SGAE. Sirva como detalle que
esta filial, SDAE, es tan tecnológica que no tiene ni web en
funcionamiento. Su dirección en Internet lleva meses devolviendo el
mensaje 'En mantenimiento'.
El hólding tecnológico
La SGAE, la gestora de derechos de autor, no
tiene ánimo de lucro, según sus estatutos, pero es propietaria al cien
por cien de SDAE, antes una división de SGAE y hoy una sociedad
limitada que debe el 99 por ciento de su facturación a la SGAE, según
las propias cuentas anuales de SDAE presentadas ante el registro
mercantil.
Tenga o no ánimo de lucro, SDAE siempre está en pérdidas. Tanto que en
2004 entró en quiebra técnica, según el informe de auditoría de aquel
ejercicio, consultado por elEconomista. ¿Quién puede acudir en su
ayuda? Su único accionista, la SGAE. Ésta, que cruza los dedos ante la
palabra Internet cuando está en público por las descargas de contenidos
mediante sistemas de compartición de archivos (eMule, Kazaa, etc.),
lleva años preparándose para hacer negocio en la Red. Ha creado una
sociedad tecnológica, portales de venta de contenidos, sistemas de
protección de copia privada (DRM) listos para ser comercializados en
otros países y lucrarse con ellos (Sistema Argos, por ejemplo).
Recapitulando:
De SGAE, la gestora, cuelga SDAE, la filial tecnológica; que es
propietaria de Portalatino, la página de venta de música; que es a su
vez propietario de los derechos de explotación de La Central Digital,
la plataforma de software para venta de contenidos on line; que es a su
vez quien da servicio a las webs de música especializada Latinergy,
Museekflazz y Egrem.
Con toda esta actividad, si se suman las pérdidas anuales que acumuló
la empresa cabecera de todo ese negocio, SDAE, entre 2000 y 2005, ambos
incluidos, se obtienen casi 7 millones de euros.
Una de las causas que influyen es que, en el año 2003, SGAE decidió
empezar a transferir todos sus activos tecnológicos a SDAE a través de
ampliaciones de capital no dinerarias. SGAE, como accionista único,
suscribía la ampliación pero lo que aportaba eran los activos (software
y hardware). Las amortizaciones (resta periódica de la pérdida de valor
en el tiempo de los activos de una sociedad), a las que debe hacer
frente SDAE desde entonces, son uno de sus lastres.
No es de extrañar cuando se ven inversiones en aplicaciones
informáticas por parte de SDAE del calibre de las que figuran en las
cuentas de 2005: 7,68 millones de euros.
¿Quién factura aquí?
Pero esto sólo es un apunte contable. El gran problema de SDAE es que
sus actividades se difuminan con las de una de esas sociedades que no
cuelga del árbol societario creado por SGAE.
Si
SDAE presenta Portalatino como su tienda de música en Internet, quien
está detrás gestionándolo es Microgénesis. Si anuncia el lanzamiento de
la web musical Latinergy, quien está detrás es Microgénesis. En la
propia web de estas empresas, en la zona de Aviso Legal, se reconoce
como responsable de las actividades.
SDAE sufre en sus cuentas importantes gastos de explotación en
servicios exteriores (661.466 euros en 2003, 407.369 euros en 2004,
508.643 euros en 2005) y lo que sorprende aún más es que casi todas sus
relaciones con otras compañías coinciden con las empresas de Gran Vía,
36 que, a su vez, se facturan servicios las unas a las otras.
Por ejemplo: Microgénesis, además de gestionar las webs de música
Latinergy, Museekflazz y Egrem, es quien les gestiona los dominios en
Internet (es decir, las direcciones .com y .es). La Central Digital no
utiliza a Microgénesis para la gestión de sus dominios pero sí a otra
compañera de piso: Coqnet.
Para que se hagan una idea. Cuando se llama a Microgénesis (hecho comprobado ayer por este periódico) contesta gente de Coqnet.
¿Qué relación tiene La Central Digital con las demás? Que es la
proveedora de la plataforma digital de venta de contenidos por Internet
de Latinergy, Museekflazz y Egrem. Tampoco es que se haya roto la
cabeza para diseñarles las páginas. Si acceden a cualquiera de ellas
podrán comprobar que son la misma web con diferente color. En dos de
ellas, de hecho, ni siquiera funcionan los enlaces.
¿A quién pertenece La Central Digital? A Portalatino S.L., cuyos dominios también son gestionados por Microgénesis.
José Neri, la coincidencia
¿Empiezan a marearse? Pues agárrense que vienen curvas. El presidente
de Microgénesis hasta el año 2000, unos meses después de que se
constituyese la SDAE, era José Luis Rodríguez Neri.
¿Y quién es este nuevo nombre en la madeja? Rodríguez Neri es el
consejero director general de SDAE, la tecnológica de SGAE. Lo de la
técnica le viene de largo a Neri. Aunque se presenta como autor y
compositor musical, dirigió el departamento de I+D de la SGAE entre
1996 y 1999. Visionario de su tiempo, Neri compatibilizó ese periodo
con la presidencia y dirección general de Microgénesis.
En los registros de dominios en Internet, Rodríguez Neri aparece como
el contacto administrativo de Latinergy y Museekflazz. Otro nombre que
se repite una y otra vez es el de Andrés Collado, quien tan pronto
figura como contacto técnico para el dominio (La Central Digital,
Portalatino, Latinergy...) como aparece como responsable de la gestión
del fichero de clientes.
Y para rizar el rizo un poco más, el mismo Neri figura en las cuentas
de 2005 de SDAE como presidente de Argos, la sociedad creada para
diseñar un sistema de DRM de protección de copia privada; como
consejero delegado de Portalatino; como responsable de I+D de SGAE y
como responsable de Servicios y diseño de nuevas tecnologías para
autores.
No es de extrañar que necesite que todo esté en la misma dirección para
compatibilizar tanto cargo. Quizás por eso ayer, cuando este periódico
llamó al teléfono de Microgénesis y preguntó por él, intentaron
pasarnos con su despacho, algo de lo que pronto se arrepintieron cuando
medió la identificación como periodistas. Quién sí llamó para
interesarse del motivo de nuestra llamada fue una de las personas que
aparecen como contacto administrativo de Coqnet. Una vez les fue
explicado el motivo de este artículo no volvieron a contactar con la
redactora del mismo.
Si ya les empieza a faltar espacio en las dos plantas de Gran Vía, no
se pierdan la dirección que todas ellas facilitan como contacto del
administrador del dominio, técnico y de facturación de la dirección que
no es española (.es), es decir el puntocom: un buzón postal, el 5121,
de Riverside (California).
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