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SALUD LABORAL
Los expertos aconsejan incluir la prohibición en el régimen disciplinario
Fumar puede dañar seriamente su empresa El texto considera una infracción grave, sancionada hasta con 10.000 euros, el 'permitir fumar en centros o lugares en los que exista prohibición de fumar', como es el caso de los centros de trabajo. ¿Le parece excesivo? Aún puede ser peor.
Cuando entre en vigor la prohibición
de fumar en el trabajo contenida en la futura ley de Prevención del Tabaquismo
que el Gobierno tramitará en 2005, más de una empresa recibirá la noticia con
desinterés. Muchos empresarios, directivos y empleados continuarán fumando
relajadamente en sus despachos y puestos de trabajo. Y un gran número de
trabajadores seguirá soportando en silencio el humo del tabaco. En muchas
empresas las cosas seguirán más o menos igual. Hasta el día en que una de ellas
se enfrente a la primera de las multas que prevé la futura ley.
'Vamos a encontrarnos con situaciones desconocidas hasta ahora. A partir de la
entrada en vigor de la ley las empresas que incumplan la norma podrán ser
denunciadas por su comité o por cualquier trabajador', señala Ignacio Sampere,
socio del bufete Sampere & Asociados. Sampere recuerda que el borrador del
anteproyecto de ley impone la prohibición 'total' de fumar en los centros de
trabajo y no establece la obligación de crear zonas específicas para fumadores.
El texto considera una infracción grave, sancionada hasta con 10.000 euros, el
'permitir fumar en centros o lugares en los que exista prohibición de fumar',
como es el caso de los centros de trabajo. ¿Le parece excesivo? Aún puede ser
peor. En caso de que se cometan dos o más infracciones graves en un período de
dos años, el castigo puede oscilar entre 10.001 y un millón de euros. No
extraña, por tanto, que los bufetes de abogados ya hayan comenzado a recomendar
a sus clientes que se tomen la norma muy en serio.
'La empresa es la encargada de aplicar la ley y la disciplina en los centros de
trabajo. Cuando un empleado de la construcción, por ejemplo, no se pone un casco
su empresa puede ser multada, pero los compañeros no van a denunciarle. Cuando
entre en vigor la ley y un empleado vulnere la prohibición de fumar, otro puede
decidir hacer pública esa situación. Y será la empresa la que pague los platos
rotos', advierte Sampere.
La primera de las recomendaciones que deben adoptar las empresas es trasladar la
prohibición que impone la ley a su régimen disciplinario, de forma que los
trabajadores tengan claro a lo que se exponen si incumplen la normativa.
'Nosotros recomendamos a nuestros clientes que trasladen en lo posible, a través
de acuerdos internos, convenios y contratos de trabajo, el régimen sancionador
que prevé la ley', señala Ignacio Sampere.
Otra medida aconsejable es incluir
esa advertencia en las
ofertas de empleo, tal y como recomienda el manual Cómo crear una
empresa sin humo que ha editado Ibermutuamur y que fue presentado ayer
en Madrid.
Las multas, sin embargo, no son la única amenaza que el
humo
representará para las compañías cuando entre en vigor la norma. Algunos
especialistas legales señalan ya que la ley puede ser la vía por la que
comiencen a prosperar en España las demandas por daños a causa del
tabaco.
'A partir de el próximo año existirá una ley que dice
claramente que
fumar está prohibido y que es nocivo. Si una empresa permite fumar y un
trabajador sufre un daño derivado de la exposición al tabaco tendrá
argumentos legales para presentar una demanda derivada de su relación
laboral con la compañía, del mismo modo que puede hacerlo un trabajador
que haya sido expuesto al amianto, por ejemplo', explica Sampere.
Aunque hay tiempo para tomar medidas, no es conveniente confiarse
demasiado. A más tardar, el Gobierno prevé que la ley entre en vigor en
2006.
Razones para una compañía sin humo
'Ya nada será como antes'. Con estas palabras
comienza
el manual Cómo crear una empresa sin humo, un estudio realizado por
expertos de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Cantabria y de
la compañía Ibermutuamur, que fue presentado ayer en Madrid en un acto
en el que estuvo presente el director general de Salud Pública, Manuel
Oñorbe. La obra, que aconseja a las compañías cómo librarse del humo
antes de que entre en vigor la prohibición legal del Gobierno, enumera
los beneficios que las empresas pueden obtener al decir no al tabaco.
Disminución de costes. Los perjuicios económicos
que el
tabaco provoca a las empresas se derivan, en primer lugar, de la
pérdida por enfermedad o muerte de su personal capacitado. No es el
único motivo. Una mayor prima por seguros de incendios, una limpieza
más intensa y una sustitución más frecuente de los equipos electrónicos
son algunos de ellos.
Menos absentismo. Ya no es una teoría, sino una
realidad
comprobada científicamente: los fumadores presentan más riesgo de
enfermedades que los no fumadores y, en general, tienen peor salud. No
sólo las enfermedades graves, sino también las virales de vías
respiratorias como los catarros y una mayor incidencia de depiratorias
elevan los niveles de absentismo de este grupo, explica el libro. Los
autores citan diversos estudios que cifran hasta en un 14% los días
laborales perdidos que son atribuibles a los efectos del tabaco.
Más productividad. La pérdida de productividad que
provoca el tabaco no se deriva sólo del absentismo, sino del hecho de
que los fumadores (especialmente en cierto tipo de actividad laboral)
deben hacer pausas que, en ocasiones, 'pueden ser relativamente
frecuentes'.
Mejor imagen. El tabaquismo es una enfermedad y un
hábito
en retroceso en el mundo desarrollado. Ayudar a ese proceso, señalan
los autores, favorecerá cada vez más la imagen de cualquier empresa.
Errores que hay que evitar
falta de apoyo
Si la dirección no se involucra,
la empresa jamás se verá libre de humos. Cuanto más explícito sea el
apoyo de la dirección 'más disminuirán las posibilidades de problemas o
desencuentros'.
discriminación
Es una de las causas que provocan
rechazo a los planes contra el tabaquismo en las empresas. Y
normalmente se produce cuando las personas que trabajan en zonas
individualizadas -principalmente directivos- justifican el consumo de
tabaco con la siguiente frase mágica: 'Es mi despacho'.
aviso tardío
No se puede pretender anunciar en
agosto que se impedirá fumar en la empresa y poner en vigor la
prohibición el 1 de septiembre. Hay que dar tiempo a los fumadores a
asumir el cambio que se va a producir, según se aconseja en el manual
de Ibermutuamur.
celdas de castigo
Los espacios sin humo no deben
ser celdas de castigo. Pero lo cierto es que a menudo estas salas
carecen de ventilación y equipamiento.
indisciplina
Si se tolera un incumplimiento de la prohibición de fumar (sea de un directivo o un trabajador) el fracaso está servido.
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