Los sindicatos no sirve para NADA
Estarás pensando- “Los de Comisiones Obreras se han vuelto locos”. Es posible, pero nos gustaría llevarte a una pequeña reflexión, que diera respuesta a dos preguntas que se nos hacen a menudo: -¿Para qué sirve un sindicato? y -¿en qué me puede ayudar a mí un sindicato?.
La respuesta es muy simple, UN SINDICATO NO SIRVE PARA NADA, y, por lo tanto, en nada te va a ayudar.
Y pensarás, - “definitivamente los de CCOO, se han vuelto locos”….. pero es totalmente cierto, un sindicato no sirve para nada, si TU, no estás dispuesto a implicarte y a ejercer tus derechos (derechos que han luchado otros, y que tú solo tienes que ejercer).
Un sindicato nunca servirá para nada, si tú no quieres utilizar lo que el sindicato ha conseguido para ti.
Y te invitamos a que sigas leyendo la siguiente reflexión y análisis de la realidad que opera en nuestro sector.
¿Te has parado a pensar alguna vez sobre las razones que te llevan a dedicar más horas, para poder acabar un trabajo a todas luces inacabable?
Esa sensación de un rato más, a ver si me saco todo el trabajo atrasado que llevo y acabo esto, lo otro…. Y te han dado las siete, las ocho…. de la tarde……. otra vez.
La clave está en un sistema del todo perverso y pensado para exprimir al máximo tus capacidades, sostenido en los siguientes elementos:
- Un sueldo bajo, bajísimo para un personal con alta cualificación y con altas exigencias en cuanto a conocimientos y habilidades sociales.
- Una carga de trabajo alta, altísima, con unas exigencias cualitativas altas igualmente, que conlleva una gran responsabilidad. Responsabilidad profesional y con consecuencias legales, si por una de esas te ves envuelto en un accidente en una de tus 200 y pico empresas en el mejor de los casos. Y esa responsabilidad es solo tuya, la empresa queda eximida de ella. Por eso llevas 200 y pico en el mejor de los casos, porque si ellos tuvieran responsabilidad velarían por el trabajo bien hecho. Pero como el que te ves delante del señor de la toga eres tú… pues eso.
- Un sistema de incentivos, sobre una actividad ajena a tus funciones como profesional (venta de productos/la fuerza de venta lo llaman).
- Una mal llamada “flexibilidad” junto con un sistema de registro horario totalmente fraudulento, que permite que puedas trabajar con una distribución horaria donde se incluyen, noches, sábados, domingos y vacaciones.
Ese sueldo ridículo, que no ha subido en muchos años, y cuando lo hace es sobre mínimos, unido a la alta carga de trabajo y a las altas exigencias legales y profesionales, tu maravillosa flexibilidad horaria y la guinda del pastel…. los incentivos, hacen el coctel perfecto para que te quedes atado a tu silla, todas las horas que haga falta, en el salón de tu casa, porque ni siquiera tienes un sitio propio en la oficina, ni te han reconocido el teletrabajo, ni dotado con los medios necesarios.
Un incentivo conduce a las personas a comportarse de una manera específica.
Los incentivos están alineados con motivaciones que pueden ser extrínsecas (dinero) o intrínsecas (superar un reto, el reconocimiento social…) o ambas.
Un sistema actual de incentivos basado en el total desconocimiento de los objetivos a los que tienes que llegar. Ventas, producción, numero de reconocimientos…. Un objetivo que debería enfocarnos a donde llegar, pero que desvirtuó en algún momento por completo tu objetivo, que como trabajador tenías inicialmente. ¿Cuál era? Ahhh si!!!!!, hacer bien tu trabajo como profesional, cobrar un sueldo digno y tener vida personal. ¡Que ilusos!.
Otro factor que mueve a las personas es el miedo.
El miedo puede ser un elemento paralizador, pero también un factor altamente motivador. En el mundo de las organizaciones, la gran pregunta es: ¿cómo se puede transformar el miedo en éxito? Aquí tenéis la respuesta. Tu miedo a favor de sus ganancias.
Tras mucho tiempo de negociaciones, reuniones, escritos, denuncias, tratando de buscar una forma de calibrar un trabajo justo y equilibrado. Intentando llegar a la piedra filosofal de cuál es la carga ideal de trabajo, de cómo medirla, de cómo cuantificarla, y chocando frontalmente con las acciones de la empresa, sus argucias y argumentos, porque ellos, si tienen claro cuál es su objetivo y lo saben medir muy bien. “Ganar dinero con el menor coste posible”. Facturar lo máximo posible exprimiendo tus derechos. Esta es una métrica infalible y a ellos no les interesa medir la carga para que tu salud no corra peligro, mientras sigan ganando dinero. Te medirán para saber si eres rentable en todo caso y esto lo harás tú mismo, si no tiempo al tiempo. Esto lo veremos muy pronto.
Llegados a este punto, hemos llegado a la conclusión de la incapacidad de lidiar con algo tan complejo. La carga de trabajo bien sea de personal técnico, gestor de cuentas, administración, sanitarios, no se puede medir basándonos en métricas observables y, sin embargo, no vamos a dar por supuesto la falacia de pensar que, aunque no se pueda medir no deja de ser importante y por tanto debamos olvidarnos de ello. Pero, dado los resultados de nuestros esfuerzos y las perspectivas a futuro, el mejor camino “el egoísmo”.
No regales tu tiempo porque devalúas tu valía como profesional.
Molesta mucho que informemos sobre la jornada que tienes que realizar.
Pregunta a tus compañeros/as Delegados/as de Comisiones. Mira el convenio de los servicios de prevención y mira los acuerdos de empresa si eres una empresa adquirida por Vitaly, revisa tu contrato.
Conoce tu jornada y regístrala y NO realices ni una hora más, ni una menos.
Los incentivos y el miedo condicionan en gran medida nuestras acciones.
No quieras estar en un sistema de incentivos perversos que prima lo que sobre todo a ellos les hace ganar dinero y a ti te proporciona un montante que hoy puede estar, pero mañana no y además te conduce a olvidarte de la esencia de un trabajo bien hecho. Míralo desde otra perspectiva. Ellos no van a hacer nada por ti, pero tú, si puedes hacerlo. Cumple con tu horario, cumple con tu trabajo y no regales nada porque se te volverá en contra. Si no, mira a donde hemos llegado y la situación de este sector convertido en el mercado de la miseria. La miseria de los sueldos y la devaluación una profesión al servicio de la salud y seguridad de todos los trabajadores. Algo irónico, conociendo los datos de la siniestralidad en España. Este sistema no funciona. Si no hacemos algo y lo hacemos cada uno de nosotros sin esperar a que un “ente con barita mágica de hada madrina” logre la justicia, esto se va a la “mierda” y del manido lema, “salud, prevención y tranquilidad”, solo quedarán las cenizas. Porque el tema va más allá del hada madrina, la solución debería estar en los Gobiernos que deberían priorizar la salud laboral, y no dejarla en manos de mercenarios al servicio de lo único que les importa, el dinero. Pero ese es otro cantar.
En TUS manos están otras acciones, aunque no menos importantes.
Y volvemos al principio, un sindicato nunca servirá para nada, si tú no quieres utilizar lo que el sindicato ha conseguido para ti.