El Real Decreto viene a reforzar el marco legal de la igualdad y a proveer de herramientas para lograr la igualdad retributiva y atajar la importante brecha salarial que aún padecen las mujeres. Se refuerzan los principios de transparencia retributiva y de misma retribución a trabajos de igual valor. Se establece que todas las empresas deben tener un registro retributivo de toda su plantilla, al margen de su tamaño, y en él debe ser incluido también el personal directivo y los altos cargos.
Deberán recogerse en el registro retributivo, siempre desglosados por sexo, la media aritmética y la mediana de lo realmente percibido en cada uno de los conceptos retributivos en cada grupo o categoría profesional, nivel, puesto o cualquier otro sistema de clasificación que se aplique en la empresa. A su vez, esta información deberá estar desagregada en atención a la naturaleza de la retribución, incluyendo salario base, cada uno de los complementos y cada una de las percepciones extrasalariales, especificando de modo diferenciado cada percepción.
Nuestra empresa estará obligada, además de al registro, a hacer una auditoría salarial que compruebe si el sistema retributivo de la empresa, de manera transversal y completa, cumple con la aplicación efectiva del principio de igualdad entre mujeres y hombres en materia de retribución. Por una parte, nos permitirá detectar y cuantificar las discriminaciones; por otra, estos diagnósticos precisos y esta transparencia nos permitirán a las organizaciones sindicales pedir explicaciones y reclamar acciones concretas y, en general, seguir trabajando para lograr la igualdad efectiva en el ámbito laboral.