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Otro cuento...

DULCINEA, una utopía en Cualtis


 

Dulcinea era el sueño de Don Quijote, el sueño de los técnicos de Cualtis es que el programa sea realmente operativo para poder trabajar y no una chapuza impuesta con prisas.

 

 



Después de dejar pasar un tiempo suficiente para comprobar la  viabilidad del nuevo programa, y no querer opinar respecto a sus virtudes y defectos desde el primer momento para dar un margen de confianza, no nos queda más remedio que dejar constancia de lo nefasto que está suponiendo la implantación de este programa para los técnicos de la empresa.

Después de oír desde hacía tiempo que se estaba realizando un nuevo programa y no informar, para nada, a la Sección Sindical de CCOO, decidimos solicitar información sobre él. Después de darnos cita y enseñarnos las virtudes del programa y comunicarnos que se habían solventado la mayoría de los defectos que los habían comunicado los técnicos que le habían estado probando, nos enteramos de su implantación inmediata en la empresa, sin dar tiempo a los técnicos a organizar su trabajo, intentando dejar solventadas empresas que corrieran prisa o que tuvieran gran dificultad, por señalar algunos casos.

De entrada, no podíamos entender como el programa se intenta implantar a final de año, cuando los técnicos tienen un trabajo añadido con la formación. Ya que en estos meses las empresas que todavía no han gastado su cupo de formación, quieren realizar cursos para finiquitarlo y el tiempo es muy limitado para darlas lo que piden. La empresa no parece querer enterarse de que ese trabajo añadido supone mucho tiempo de gestión para los técnicos. Ya que no solo supone gestionarlo sino en la mayoría de las ocasiones supone también darlo.

Todo ello sin contar que es fin de año y como en todas las empresas hay que cerrar muchos temas.

Pero yendo directamente al programa, decir que no funciona bien es simplificar mucho el problema. Los técnicos están desesperados y la empresa tiene que tener claro que la implantación de este nuevo programa, así, a las bravas, va a suponer un gran retraso en el trabajo de este colectivo. Más retraso aún del que ya llevaban arrastrando.

El programa falla muchísimo, se queda colgado demasiado a menudo, y como novedad a veces no te deja entrar diciendo que el cupo esta lleno y que se debe esperar a que alguien se desconecte para poder entrar. Que te ocurra esto en una empresa, donde te tiene que firmar el empresario y no puedes esperar, es de risa. La imagen que generamos es de fábula. No se ha tenido en cuenta los técnicos que somos o que. Aunque no se lo crea la empresa todos trabajamos, que no estamos de brazos cruzados, y con la cantidad de trabajo que tenemos acumulado no estamos para guasa y para perder el tiempo.

Por otro lado, una de las mayores ventajas de este programa era que íbamos a tener que abrir menos ventanas, ya que después de varios años la empresa se había enterado que, efectivamente, eran muchas las que teníamos que pasar cada vez que teníamos que  realizar los informes de cada empresa. Pero resulta que con el nuevo programa en ese aspecto no hemos mejorado, hemos ido a peor, ya que tenemos que estar yendo y viendo de un sitio a otro confirmando cosas constantemente y en suma el trabajo final es mucho mayor.

No puede ser que generar documentación, que en el antiguo programa te lo hacía casi al instante o como mucho tardar en unas horas, ahora tengas que esperar varios días. Se han dado tantas urgencias en este extremo y casos tan graves que se ha tenido que habilitar el anterior programa para este tipo de urgencias.

A todo esto añadir la documentación que se ha perdido de las empresas al pasar los datos de un programa a otro, el tiempo que supone no solo enterarte del funcionamiento de este nuevo programa, totalmente distinto al anterior, sino el tiempo que supone verificar que datos se ha pasado y que no del programa anterior. Todo esto es solo una pequeña pincelada de los problemas que se están generando.

Ahora sí, nos queda totalmente claro que la empresa no tiene ni idea del trabajo que realizamos y del tiempo que esto nos supone. Estamos saturados de trabajo, realizamos horas que no se nos reconocen y además la empresa nos pones palos en las ruedas.

Que dentro de unos años los técnicos puedan ver las virtudes de este programa, está por ver, pero lo que nos interesa es el día a día, el ahora, para poder funcionar y realizar el trabajo correctamente. Así es muy difícil trabajar y cumplir los plazos establecidos. 

Si la empresa hubiera preguntado y consultado a la representación de los trabajadores, por la experiencia que tenemos ya que somos quien lo sufrimos en las carnes como parte de los trabajadores que somos, la hubiéramos informado que si ya fue traumático el cambio anterior de programa y que en dos años fue muy justa la adaptación, sin  tener ni por asomo la carga de trabajo que tenemos ahora, la hubiéramos expresado la salvajada que supone querer implantar el nuevo programa en un año. Además de estadísticamente imposible.

Si la empresa pretende seguir adelante con este sueño imposible, no tenemos más que comunicarla que queremos que le quede claro que cuando los técnicos tengan un retraso inasumible, cuando las empresas se quejen de que no se les hace lo acordado en tiempo y cuando surjan múltiples problemas más añadidos, no se quiera culpar a los trabajadores, que la empresa tenga bien claro que la única culpable es ella su mala gestión, por la falta de previsión y la falta de conocimiento del trabajo que realizan sus trabajadores.

Así se lo hemos comunicado a la empresa para que quede constancia de la gran dificultad que esta suponiendo para el colectivo de técnicos la utilización del nuevo programa Dulcinea y las consecuencias que puede suponer su implantación obligatoria en un tiempo irrisorio para  poner todo al día y poder dar un servicio adecuado a las empresas.

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