El 26 de octubre pasado, emitíamos una circular titulada
¿Y ahora qué?. Después de seis meses seguimos sin tener respuesta a esa pregunta. De la incertidumbre de la venta hemos pasado a la incertidumbre de los rumores de una reestructuración anunciada y no ejecutada. Por eso tenemos que volver a preguntar
¿Y ahora qué? II. Esta pregunta sigue teniendo sentido ya que de su respuesta sigue dependiendo nuestro futuro inmediato como entidad financiera y, sobre todo, el futuro de nuestras carreras profesionales, de nuestro empleo, y, como consecuencia, de nuestro futuro como personas en el más amplio sentido.