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Negativa rotunda a una congelación salarial.
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No aceptamos la reducción de los trienios, absolutamente innecesaria e injustificada.
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Solo cabe hablar de movilidad geográfica, en caso de ser precisa por el proceso de reestructuración del sector, si lo hacemos en términos de voluntariedad, justificación, compensación y consenso.
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No compartimos la propuesta de modificación del sistema de clasificación de oficinas, ya que no responde a la adaptación del mismo a la nueva realidad del sector, en la que debe primar el eje formación-cualificación-empleabilidad.
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En los términos ambiguos en los que la plantea ACARL, la flexibilización de la jornada no ayuda a la mejora de la competitividad y acarrea un grave riesgo de desregulación y de prolongación de jornada encubierta.
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A la espera de una mayor concreción, no consentiremos que se pretenda discriminar en el disfrute de las vacaciones a aquellas personas con menor nivel profesional o menor antigüedad en el puesto.
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No es admisible que se aproveche la excusa de la crisis financiera para eliminar derechos pactados parasectores especializados de la plantilla, que han jugado y siguen jugando su papel en el desarrollo de las entidades.
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El control del absentismo debe estar vinculado a un análisis sectorial de las enfermedades psicosociales y de la presión a la que están sometidas las plantillas del sector, debiendo abordarse el verdadero problema: el estress.
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Las cláusulas de compensación y absorción, así como la cláusula de descuelgue no pueden ser utilizadas como moneda de cambio sino que tienen que mantener su espíritu de adaptación de cada entidad a su propia realidad.
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