BMN SERÁ UNA CAJA PARA LAS PERSONAS, Y UN BANCO PARA LOS MERCADOS.


Esta es la elocuente frase del nuevo presidente de BMN, Sr. Carlos Egea y que parece que pronunció el pasado 12 de marzo en una reunión de directivos en Mallorca.


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Esta es la elocuente frase del nuevo presidente de BMN, Sr. Carlos Egea y que parece que pronunció el pasado 12 de marzo en una reunión de directivos en Mallorca.

Nos alegramos que su percepción de lo que tiene que ser esta nueva entidad financiera tenga este transfondo social, y de responsabilidad que durante más de 100 años han ejercido las Cajas en este País. Pero está claro que hay una cosa que el Sr. Carlos Egea no pretende: considerar a los empleados de este nuevo grupo como personas.

Y es que si fuéramos personas para él, esto no pasaría:

  • Sacar de quicio a la plantilla de SS.CC. por no saber cuál será su futuro más inmediato.
  • Cómo designan de forma indiscriminada, sin avisar a la comisión de seguimiento, sin criterio, a empleados y empleadas para trasladarse a Cataluña.
  • Cómo son incapaces de asumir 8 empleados de la Comunidad de Madrid en el nuevo banco cuando existen vacantes en la misma zona que piden en la intranet.
  • Presionar a los empleados/das para vender pisos a cambio de conservar el trabajo.Y además solicitando datos que pueden vulnerar la LOPD.

Seguro que seremos un banco para los mercados, pero mientras considere que las personas sólo son aquellos clientes y clientas que nos tienen que dar el beneficio recurrente, es que no ha entendido nada. Menospreciar a los trabajadores y trabajadoras es lo mismo que renunciar a la capacidad de crecer como empresa.

Tenemos todos juntos con la constitución de la nueva mesa de negociación, una gran oportunidad para enderezar esta situación. En el pasado Consejo de Administración CC.OO. votamos en contra de la segregación (incluida la plantilla a BMN) mientras continúen vulnerando el Acuerdo Laboral, y cuando todavía falta por homologar las condiciones laborales y obtener garantías de ocupación para los trabajadores y trabajadoras, y que si quieren que cambiemos el sentido de nuestro voto en la Asamblea General tendrán que mostrar una voluntad real de cambio.