Fusión:¿Está cerca?


Seguimos devorando los periódicos. La dirección de Caixanova no informa a sus trabajadores y trabajadoras.

Lo del análisis de un proyecto en común parece haber quedado atrás pero es el último mensaje “oficial” que tenemos. Tampoco se convoca a los sindicatos después de que se aplazara una reunión prevista para el 27 de abril. ¿Hasta cuando?
Las últimas presiones políticas sociales y del Banco de España parecen haber reconducido el proceso hacia una fusión que parece no convencer a nadie y en la que nadie apuesta en firme que salga adelante.
Todo el mundo se apunta el tanto. Los informes y auditorías se van cuadrando y cada parte los interpreta a su manera. A KPMG le sumamos las cifras que ahora se manejan en los medios de comunicación de desinversiones y venta de oficinas y ¿qué sale? las cifras que aportaba Deloitte. A quien no nos cuadra es a CCOO y es que se está hablando con una alegría para nosotros preocupante del futuro de unas personas trabajen en la Caja que trabajen.
Desde CCOO lanzamos el mismo mensaje desde un principio: la futura Caja debe nacer fuerte. Debe ser solvente rentable y eficiente. En juego está el futuro envite de una segunda oleada de fusiones y el reto de pervivencia del modelo social de Cajas de Ahorros. Nos jugamos mucho.
Pero ¿de qué se está hablando? Del nacimiento de una Caja gallega más pequeña que la suma de las 2 actuales por la cura de adelgazamiento a la que se somete tras años de excesos y que ocupará una posición en el ranking semejante a la que hoy en día ocupa por sí sola Caixanova.
La operación gallega es políticamente correcta pero requerirá mucho dinero sobre la mesa y por descontado “incomodidades” a las trabajadoras y trabajadores. Y mientras nadie nos cuenta la verdad.
Con estos condicionantes, ¿Es una buena opción esta fusión? ¿Cómo funcionaría una futura Caja que nace dividida y enfrentada? ¿Acertaríamos a pasar página después de meses de opiniones de todo bicho viviente? Y nuestros clientes ¿confiarían en la nueva Caja?
Decídanse de una vez. Déjense de pelear por sus sillas y de marearnos a todos y todas todas las mañanas. Ocúpense del futuro. Acuérdense de las familias y de los propios trabajadores y trabajadoras afectados, de aquellos que trabajan en las oficinas que se pretenden vender, de los clientes que han abierto una cuenta en una Caja y, sin preguntarles, se encuentran con que tienen cuenta en un banco.
Convoquen e informen a los sindicatos y a los integrantes de la Asamblea. Es muy urgente.