Lejos de ser así, la dirección actúa de forma caprichosa, subjetiva e
irracional (a través de su guardia de socios de negocio y mandos intermedios). Y podemos
poner algunos ejemplos:
- La dirección comercial ha implantado un horario comercial incompatible con el
horario de trabajo, obligando a prolongar la jornada de forma recurrente.
- La dirección de mercados modificó unilateralmente el acuerdo de jornada y
horario en vigor, imponiendo a la plantilla peores condiciones.
- La dirección de riesgos ha decidido injustificadamente concentrar a un grupo de
analistas en A Coruña cuando venían trabajando desde hace años de forma
eficiente en distintos territorios. Se han forzado traslados sin el acuerdo que
exige el Convenio colectivo, que han derivado en la salida del banco de
profesionales con una valiosa experiencia.
- La modificación del SRV permite la discrecionalidad absoluta en el abono de la
parte cualitativa y en el desarrollo de la entrevista personal.
- Se perpetran despidos disciplinarios sumarísimos, sin respetar el
procedimiento que permite rebatir las imputaciones, muchas veces vagas y
falaces.
La agresión al conjunto de la plantilla es continua, con advertencias que no consiguen
esconder la amenaza de la destitución o del despido. Todo esto explica que las solicitudes
de baja indemnizada se acumulen en Capital Humano.
En estos momentos coincide el goteo de cierres de oficinas en la zona tradicional, la
reducción de la plantilla de la DG DAS (consecuencia de la reducción de las carteras) y la
reestructuración permanente de Servicios Centrales. Este proceso exige una dosis
adicional de responsabilidad empresarial de forma que se mejoren las opciones de
recolocación y se limite el recurso a nuevas contrataciones.
Hasta el momento (ahora ya no siempre es así) se han acompasado fundamentalmente
las salidas con las incorporaciones a la red comercial. La normalización de la actividad
comercial (con el fin de las limitaciones de las condiciones impuestas por la capitalización
del banco) y la modificación del procedimiento de gestión de la morosidad (por la que la red
comercial asume funciones que venía desarrollando DAS) tiene que acompañarse del
refuerzo de la plantilla en oficinas.
Por el capricho, en nuestra opinión de la dirección territorial y de socios de negocio, en
Madrid han coincidido despidos en DAS con vacantes en oficinas cubiertas con nuevas
contrataciones. Por estas decisiones contrarias a los principios del Código Ético, pedimos
que se actúe de la misma manera que actúan ellos y se les asignen funciones acordes
con su "talento".
Hacemos partícipes al conjunto de la plantilla que todos somos el blanco
de la soberbia de la dirección y que el despido nos
puede alcanzar con independencia de nuestra
dedicación y desempeño. Y es responsabilidad de los primeros ejecutivos
poner fin a esta situación.
La respuesta adecuada es la oposición decidida de toda la plantilla,
por lo que no descartamos la convocatoria de asambleas de
trabajadores en las que adoptaremos conjuntamente las
resoluciones oportunas.