No a los Despidos

Contra el Abuso Patronal


Ya habíamos comunicado que la dirección de Abanca había decidido trasladar las relaciones sindicales desde la negociación al enfrentamiento:

el horario comercial incompatible con el horario laboral, el registro de jornada, las convocatorias fuera de horario....
En las últimas semanas, se han reforzado las agresiones contra la plantilla bajo el manto de "la potestad empresarial":
- La asignación de unos objetivos comerciales para 2017 incompatibles con la evolución prevista de los mercados en que operamos y nuestra cuota en los mismos.
- La arbitrariedad con la que se están produciendo despidos y la puesta "en seguimiento" de varios compañeros, ignorando las circunstancias laborales (bajas prolongadas, vacantes no cubiertas largamente) y rebajando el logro de objetivos hasta que "dicen lo que quiero".

Todos estamos afectados y ya hay quién se ha encargado de propagar el mensaje: "cuidado con lo que haces que ya sabes lo que está pasando". Para nuestra desgracia, la estructura de Abanca está trufada de "jefes tóxicos" que campan a sus anchas, incapaces de dirigir de forma eficiente sus equipos y dedicados a conservar su posición por encima de cualquier cosa. Deseamos que les llegue pronto su Sanmartín.

Hemos requerido que se dejen sin efecto tanto los despidos como las puestas "en seguimiento" y que ninguna medida se adopte sin la audiencia previa a los afectados. Ante la falta de respuesta de la dirección, los delegados de Comisiones Obreras nos concentraremos el próximo viernes 3 de Febrero ante el recinto en que se celebrará la convención comercial.

El viernes volveremos a oír las milongas de siempre sobre el buen ejercicio cerrado y los esfuerzos que exige el nuevo. Al incorporarnos el lunes al trabajo, volveremos a las advertencias veladas y al hostigamiento habitual. Los responsables son quienes toman las decisiones pero también quienes, desde Capital Humano, son incapaces de embridarlos y la alta dirección que los alienta.

La situación merece una respuesta unánime de la plantilla. En el pasado, ha quedado demostrado que nuestra fuerza es la unidad y que esta fuerza es suficiente para defender nuestros intereses y nuestros puestos de trabajo.