No Hay Mayor Mentira que una Verdad a Medias


No queremos una confrontación vía comunicado, pero hay comunicados que si merecen contestación, cuando menos un comentario.

Nos referimos al titulado “A las actas nos remitimos”, enviado por los “compañeros” de CIG – ASCA y CGT.

Manifiestan que no firmaron el preacuerdo. Esa es, sin duda, una de esas verdades a medias. Conviene recordar a nuestros compañeros que todos firmamos las actas que contienen el preacuerdo y en ellas se puede salvar su contenido y la única salvedad que hacen son:

1º) Que tanto CIG como CGT, se reservan la posibilidad de realizar las oportunas consultas en el seno de los órganos internos del Sindicato.

2º) En cuanto a ASCA, esta representación sindical queda a expensas de la revisión del texto por parte de sus Servicios Jurídicos.

En ningún momento, ninguna de estas organizaciones sindicales manifiestan expresamente su rechazo al contenido del preacuerdo; hecho que sí hacen constar en el acta del acuerdo, donde explícitamente declaran no suscribirlo y muestran su disconformidad. Por lo tanto, cuando se desconvocó la huelga, estábamos todos de acuerdo y lo hicimos porque había unanimidad de todos los presentes (CCOO – CSICA - UGT- CIG - ASCA-CGT). Y a dos de los ahora no firmantes se les encargó la redacción del comunicado que dejaba en suspenso la huelga. Y allí se hablaba clarito de que se había alcanzado un principio de acuerdo.

Si los tres sindicatos “hermanos”, tienen funcionamiento interno democrático, tenemos que recordarles, que el resto también; que cada organización llevó el preacuerdo a debatir a sus órganos, y que estos fueron aprobados con diversidad de opiniones, pero por una mayoría elegida democráticamente en el seno de cada organización.

Recordarles que a las 2:15 de la madrugada del día 13 de Febrero, no se firmó el acuerdo. El documento del pacto se firmó al día siguiente después de una fase de redacción que duró toda la jornada de la mañana del día 14 de Febrero.

Escudarse en que su posición definitiva fue tomada democráticamente en una asamblea celebrada el día 18 la cual no contaba con un número superior a 200 personas, eludiendo así su responsabilidad como representantes del personal, es adoptar la posición del avestruz ante los evidentes problemas que acarrea un acuerdo de este calado. No explican cuál puede ser la alternativa a no firmar un acuerdo con la empresa el día 14 de febrero. Nada hablan de las consecuencias para la plantilla de un ERE sin acuerdo.

En ningún momento se acordó ni el someter los acuerdos a una asamblea, ni efectuar un referéndum; si es cierto que hubo una propuesta en la asamblea en Santiago, de un dirigente significado de ASCA y que formaba parte de la mesa de negociación, el cual pidió a la mesa que se ratificasen los acuerdos en Asamblea, que fue aplaudida, pero rechazada por varios componentes de la mesa. En cuanto al referéndum, indicar que la representación sindical en la entidad está elegida para representar a la plantilla. Queda claro que hay organizaciones que sí saben ejercer esa responsabilidad, tanto en época de bonanzas como de malos tiempos. Otras en tiempos de bonanza no saben y en los malos tiempos, no quieren.

NADIE VINCULÓ LA RATIFICACIÓN DEL PREACUERDO NI A UN REFERÉNDUM NI A UNA ASAMBLEA.

Por último, recordar que en ningún momento hemos contado con su firma ni en la historia reciente, ni en la pasada, en ninguno de los múltiples acuerdos que se han negociado, tanto en las entidades de origen como en la actual pero, como en este, sus dirigentes son los primeros en acogerse ¡Cuando están afectados, les vale para ellos pero no para los demás!

Son muy libres de firmar o no firmar acuerdos, este ERE incluido, pero déjense de intoxicar con medias verdades que son las mayores de las mentiras.

Si les ha entrado el vértigo al ver que las propuestas eran aceptadas por la empresa, pues están en su derecho.

Si han reconsiderado su posición, también. Pero por favor, dejen de engañar. Toda la plantilla lo agradecerá.

La mentira gana bazas, pero la verdad gana el juego. (Sócrates)