Servicios Centrales de Kutxabank: ya va siendo hora.



Pasan los días, las semanas y, como quien no quiere la cosa, ya nos hemos pulido medio año de fusión. Poco a poco, sin esperar a la inevitable integración operativa, los productos se van unificando, las redes comerciales, especialmente en lo que respecta a las oficinas de la expansión, se van redistribuyendo en el mando, etc.

¿Y qué pasa con los servicios centrales? Sabemos que es aquí donde tenemos uno de los principales focos de duplicidad de departamentos, funciones y todo lo que pueda derivarse de la unión de nuestras tres entidades. No menos de dominio público es el hecho de que de aquí saldrán una buena parte de los excedentes de plantilla que en toda fusión se dan y que habrá cambios motivados por la adecuación del tamaño de estos servicios, que la propia empresa calcula que serán del orden de 1,5 veces el que tenían en BBK.

Pues bien, en estos departamentos los trabajos, las funciones, también se están integrando. Así, hay unos que ven volar sus competencias hacia otros que las ven venir. Los empleados y empleadas de los primeros observan como, poco a poco, se van quedando sin ocupaciones con las que llenar su jornada laboral mientras desconocemos si los segundos se ven reforzados con ese 0,5 ante la carga adicional que les cae encima.

Surgen las inquietudes con respecto al futuro y, con ellas, la rumorología encuentra el caldo de cultivo apropiado para dar nacimiento a especulaciones de todo tipo: que si van a adelantar las prejubilaciones, que si ya hay listas de traslados de central a oficinas, que si… Mientras tanto, la empresa no dice ni mu.

Entre rumores de diversa índole, lo cierto es que la plantilla no sabe nada en concreto y quienes la componemos nos preguntamos dónde vamos a estar mañana, cuál será nuestra situación. Así pues, ya es hora de que Kutxabank clarifique, de una vez por todas, qué y cómo ha planificado el futuro de estos servicios. No es creíble que, seis meses después, no tenga pensado o preparado todavía un plan para acometerlo; su propia estimación de ese 1,5 indicaría lo contrario y, sinceramente, no queremos pensar que podamos estar siendo arrastrados por la improvisación.

Las personas han de ser lo primero. Las palmaditas en la espalda están bien, pero por encima de todo la plantilla tiene derecho a estar informada de los avatares que se suceden en su empresa. Y dentro de estos, ha llegado el momento de aclarar el futuro de los servicios centrales y de quienes prestan su labor en ellos. Por ello, este será uno de los puntos que plantearemos en la próxima reunión de la comisión de seguimiento que vamos a solicitar.

Así que, a quien corresponda, ¡manos a la obra!

 

 

19 de junio de 2012