Últimamente estamos viviendo tiempos complicados,
con dificultades que se trasladan a todos los ámbitos del día a día, incluido,
cómo no, el laboral. Las plantillas sufrimos una situación de incertidumbre que,
ya de por sí, genera ansiedad, preocupación, angustia y miedos por el devenir
de los acontecimientos.
Se podría entender que para algún responsable de zona
de Levante, procedente de Kutxa, a todas estas incertidumbres se añada, por la
novedad, el nuevo modelo de gestión en la Dirección de Kutxabank. Pero no se
puede admitir que imponga instrucciones ajenas, de cosecha propia, a las
indicadas por la Dirección de Expansión. Es sorprendente que esa jefatura de
zona pretenda dar a entender, por sus actuaciones, que se encuentra por encima
de la misma Dirección de Expansión. ¿Es
que manda más que sus propios jefes?; ¿la Dirección de Expansión es
consciente de estas malas prácticas?
Desde CCOO no vamos a tolerar actuaciones de ningún director
territorial o de jefe de zona que no se ajusten a la legalidad, que pretendan
mantener su zona como un pequeño reino de taifas, como su cortijo, en el que
pueda quedar instaurado un régimen de miedo, humillación y amenazas continuas
que atacan a los derechos ciudadanos y a la dignidad de la plantilla. Actuaciones
como:
-Rankings públicos, con nombres y apellidos, de toda la plantilla de
su zona, donde se resalta con distinta tonalidad a aquellas personas con
menores contrataciones de un determinado producto. ¿Es que está por encima de la Ley de Protección de Datos?; ¿a
Kutxabank le da igual que alguno de sus empleados no respete la legislación
vigente?
-Libre y despótica
interpretación por su parte sobre cuándo y cómo se deben disfrutar las
vacaciones ya aprobadas. ¿A qué viene
decir que en septiembre no se pueden coger vacaciones, dónde pone eso en el
convenio?; ¿está este señor por encima de RRHH y de los convenios colectivos de
aplicación?
-Realizando evaluaciones
de la plantilla más que problemáticas, donde, haciendo gala de su desbocada
subjetividad, cuestiona las efectuadas por los directores de oficina y les
presiona para que evalúen a gran parte de la misma con una D. ¿Pero qué opinión tiene de su plantilla?Si, además, él mismo ha participado en los procesos de selección, ¿no genera
dudas sobre su gestión de plantillas?; ¿qué opinión tiene sobre sí mismo y su
capacidad de selección y dirección de personas?
Y lo más lamentable es que el responsable de estas
tropelías ya ha sido advertido por parte de CCOO de que ese no es el camino. Sin embargo, ahí continúa,
haciendo y deshaciendo a su antojo. ¿Hasta cuándo?