Con gran sorpresa para muchos se han recibido el pasado viernes las evaluaciones BBK. Después de que se realizaran apresuradamente, con urgencia total en Diciembre pese al trabajo propio de final de año, más de 2 meses después nos las comunican. Viva la agilidad en el proceso.
Y si el problema fuera sólo la tardanza, ni tan mal, es que además muchas de las evaluaciones realizadas por los directores y directoras y jefes y jefas en la central se han modificado (siempre hacia abajo, por supuesto).
Expliquemos el proceso: en Diciembre se realiza la evaluación, las correspondientes entrevistas y explicaciones con los y las responsables (directores y directoras, D.Z., jefes y jefas de departamento), y en teoría ahí se acaba el proceso, o eso al menos se creía la plantilla. Unos contentos con su letrita, otros malhumorados, pero después de las entrevistas cada cual conoce su evaluación. Y ahí es donde empieza el show BBK: ¿se trata de un programa de cocina o de magia?
A.- COCINA EN LA BBK. Se sazonan todos los ingredientes (todas las letras), se rebajan convenientemente para que genere ardores y se introducen rápidamente, en una semana como mucho. Se empieza a cocinar a fuego lento (unos 2 meses y medio). Se debe hacer en un horno especial transformador porque se meten alubias (letras A) y salen lentejas (letras B). El resultado no es muy rico pero es lo que hay, porque como son lentejas
o las comes o
te las hacen comer.
B.- MAGIA EN LA BBK. Se coge la baraja con todas sus cartas (con sus A, B y C). Se enseñan a cada cual para que recuerde su carta. Posteriormente durante 2 meses se barajan convenientemente hasta que se manda un correito a cada persona. Ahí se observa la cara de sorpresa (¿ o mejor perplejidad?) al ver que efectivamente su carta
no es esa, que se le han cambiado a peor. Para quienes su sentido del humor no les permita apreciar este juego, se recomienda jugar sólo con cartas C, porque esas no se varían en el proceso.
C.-CAMPANAZO EN LA BBK: Se cogen las campanas de la catedral de Begoña y, como gusta la forma, se traspasa el dibujo a las evaluaciones en cada zona. Se cogen todas las letritas, se hace un grafiquillo, y si la forma no es la de la campana
hay que retocarla. El resultado de las evaluaciones está predeterminado y todas las evaluaciones tienen que encajar.
Habrá malpensados que creerán que esto tiene que ver con rebajar importes en el bonus, o incluso quienes crean que es para evitar consolidaciones más rápidas. Otros, más benevolentes, lo ven como una forma más de RR.HH. para tener motivada y contenta a la plantilla, sin olvidarnos de la intervención de la D.Z. que no ha tenido reparo alguno en cambiar esas evaluaciones a la mínima indicación de RR.HH., aunque desconocemos su oposición o postura favorable al respecto.
