Bancarios y bancarias: merecemos un respeto.


Llámese poca educación, provocación o falta de respeto o vergüenza, la verdad es que últimamente el ambiente en las oficinas de Kutxabank en esos puestos cara al público cada vez se está convirtiendo en más insoportable.

Todos y todas, también quienes atendemos al público?

Merecemos un respeto

Llámese poca educación, provocación o falta de respeto o vergüenza, la verdad es que últimamente el ambiente en las oficinas de Kutxabank en esos puestos cara al público cada vez se está convirtiendo en más insoportable. Parece que el mero hecho de trabajar en banca implica que tengas que soportar la mala educación de la clientela. Parece que lo llevamos en el sueldo, ya somos como árbitros de fútbol.

Con las nuevas tecnologías la situación no ha hecho más que empeorar. Se ?retransmiten? agresiones públicas en ocupaciones de oficina, se amenaza, se graban conversaciones privadas dentro de la oficina a empleados y empleadas para luego ?subirlas a la red?... Continuamente se vulnera, de esta manera, el derecho a la intimidad de las personas que atienden al público.

Afortunadamente la profesionalidad de la plantilla de Kutxabank es excelente, pues lo normal ante muchas situaciones que se sufren en las oficinas sería ponerse a la altura del provocador y responderle en sus mismos términos. Porque lo de mantener la calma que se recomienda en el manual de seguridad de la empresa está muy bien sobre el papel, pero hay que estar frente a frente con esa clientela faltona y provocadora. Ni queremos pensar que ante la respuesta a una provocación la empresa opte por sacar el catálogo de faltas y sanciones.

Es necesaria por parte de Kutxabank una mayor determinación para atajar (que ya sabemos que es muy complicado porque parece que es ir contra una parte importante de la sociedad) y denunciar inmediatamente ante la Justicia esas actitudes de clientes o no clientes que no pueden quedar impunes a costa de la salud moral de los empleados y empleadas.

Y ya que Kutxabank nunca lo hace, entre compañeros y compañeras habremos de dar todo el apoyo necesario a la plantilla afectada y fuerzas para seguir ahí, al pie del cañón, aguantando la ?zona de turbulencias? que nos toca pasar en estos tiempos. Si no se pueden erradicar actitudes tan detestables, al menos luchemos por dignificar nuestra profesión.

 

25 de enero de 2017