Sangre y sudor: el trasnochado lenguaje del presidente de Kutxabank indigna.



Se ha olvidado de las lágrimas?

¡Sangre y sudor!

Definitivamente, Sr. Presidente, sus dotes de comunicador, en lo que se refiere a su relación con la plantilla, son realmente nefastas. Sus declaraciones de ayer no han gustado nada a quienes, desde hace mucho tiempo antes de su llegada, ya estamos implicados 100%, con esfuerzo, ganas e ilusión, en el proyecto Kutxabank. Y aún antes, en el de cada una de nuestras cajas de origen.

 ?Sangre y sudor?. ¡Qué trasnochadas parecen sus palabras! Son como sacadas de otra época, de otros manuales de directivos. El sudor lo tendremos si no funciona bien el aire acondicionado de la oficina; la sangre, si hay un accidente laboral.

Sr. Presidente, esta plantilla está muy comprometida. Claro que igual es que no la reconoce desde que nos abandonó hace ya tantos años? Somos un excelente grupo de personas que damos el máximo cada día, profesionales como lo copa de un pino. No nos hace falta derramar sangre y sudor para demostrarlo, y, desde luego, no nos gusta que nos lo reclamen, menos aún con tanto mensajito en público.

¿A qué viene tanto cacareo sobre la falta de rentabilidad de la empresa que usted dirige? Casi parece hasta raro que nuestro máximo directivo esté todos los días repitiendo que no somos rentables, en vez de poner en valor los méritos de nuestra entidad. Ya está bien de lanzar mensajes públicos sobre la rentabilidad, máxime cuando aún no conocemos las medidas que va a implementar.

Todo el mundo sabe que el negocio típico hoy por hoy no es rentable, pero ni en kutxabank ni en ningún banco. Que si otros tienen mejor ratio de eficiencia es por otras cuestiones y decisiones que esta empresa, por su propia idiosincrasia y forma de hacer las cosas, no ha acometido.

Se trata por tanto de una situación coyuntural: se nos pidió solvencia y es lo que dimos, líderes en ella. ¿Ahora nos piden dividendos? Quizá usted tenga dudas, pero esta plantilla no las tiene: también los queremos. Pero para ello se necesitan buenas bases: tiempo y una dirección clara, y parece que escasean ambas. Así que déjese de sudores y sangre: condiciones justas y equilibradas es lo que cualquier trabajador y trabajadora necesita. Porque al final, todo el mundo trabaja por dinero? incluido usted mismo, ¿verdad?

24 de septiembre de 2015