Esta noticia nos ha dejado un poco anonadados, pues es el tercer cambio producido en tan importante Departamento, más cuando desde la llegada del "socialista" Oscar López, a la Presidencia, se le llena la boca al decir que el personal es el mayor activo de Paradores. Recordemos que primero fue Susana Ortega, con la que se desbloqueó el Convenio y se consiguió su firma. Tras ella llegó a RR.HH. Diego Íñiguez, quien apuntaba maneras en el diálogo y las relaciones laborales y que, a pesar de ello, aguantó en el puesto tan sólo 4 meses. Entre Susana y Diego hubo un periodo en el cual la Dirección Operativa y la Dirección Económico Financiera ejercieron además las funciones de RR.HH., siendo un periodo baldío y nulo en materia de negociación. El testigo lo recogió Charo Gálvez, con quien se estaba comenzando a generar velocidad de crucero con los diferentes temas que estaban paralizados hasta su llegada, como la Ope, Tasa de Estabilización, Reincorporación de excedentes y la reactivación de todas las mesas de negociación, como el plan de pensiones (una década paralizado), plan de igualdad, y que ahora esperamos que no vuelvan a quedar en el limbo de los RR.HH.
Desconocemos si los descorches de champán a los que alude en la prensa económica el presidente de paradores han generado, como daño colateral, la caída de la, hasta ayer, directora de RR.HH. También desconocemos quiénes se van a beber dicho champán, porque descorcharlo sabemos que lo van a descorchar los de siempre.
Decía Groucho Marx que “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.”. Esta definición le viene al pelo a las declaraciones del presidente de nuestra empresa, toda vez que es incompatible decir en la prensa “La pandemia no nos ha pasado factura” y que la plantilla haya tenido la mayor pérdida económica conocida. No es de recibo que saque pecho ante los medios cuando la empresa está demandada por el impago de la prima de Producción. Es bochornoso darse autobombo con la apertura de 4 futuros centros, mientras la plantilla no se repone en la cantidad y velocidad que sería necesario.
Asistimos en la actualidad a acuerdos mucho más dificultosos entre el ministerio de trabajo (del mismo color que nuestro presidente) y sindicatos y parece imposible creer que una empresa como la nuestra le guste nadar conta corriente, presentando batalla contra los sindicatos por cualquier acuerdo o resolución de conflicto por insignificante que sea.
Esperemos que se serenen las aguas, que los cambios no solo se ciñan a RR.HH., sino a otras altas instancias que necesitan aire fresco. Que la "era Montoro" desaparezca de Paradores, que se comience a proteger y cuidar a la fuerza productiva y que la imagen que nuestro Presidente vende fuera sea un reflejo real de lo que se vive dentro.
