“Un drama”. “Insostenible”. Nada parecido “desde la Guerra Civil”. El presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona utilizó ayer estos calificativos para describir la situación provocada en el sector por la crisis del coronavirus y recordó que el 75% de los establecimientos de la ciudad siguen cerrados desde marzo sin que los que han conseguido abrir logren superar la ocupación del 10%. El impacto es especialmente duro para los trabajadores de los hoteles: de 33.500 empleados que el sector tiene en Barcelona cerca del 90% están bajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). La caída de la facturación ha sido de 850 millones y el futuro inmediato se adivina igualmente negro, por lo que el sector pide ayudas directas.
Rocío Varela es pastelera en el hotel Fairmont Rey Juan Carlos I desde 2003 y miembro del comité de empresa por la Intersindical Alternativa de Cataluña. Trabajó por última vez en el prestigioso hotel la segunda semana de marzo. “La empresa nos hizo un ERTE que se ha extendido hasta el 28 de agosto. En julio lo volvimos a renegociar. El hotel tiene muy pocas reservas, no hay congresos, no hay clientes… hemos acordado ampliar el expediente de regulación hasta junio de 2021”, advierte Varela. La pastelera, como la mayoría de sus compañeros, no cobró el ERTE hasta mediados de mayo. Aun así, se considera afortunada respecto a otros empleados a los que el ingreso les llegó semanas más tarde. “Ahora nos mata la incertidumbre de la situación. El sector está paralizado. Aunque quisiéramos buscar trabajo en otra empresa la mayoría de hoteles siguen cerrados. Es un callejón sin salida”, lamenta. Valera critica como durante estas semanas era imposible contactar con el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y advierte que la situación se complica: “Nadie sabe si nos reducirán el sueldo. En principio, el ERTE cuando se extiende más de 180 días pasas de cobrar el 70% de la base reguladora al 50%. La situación es trágica para nosotros pero dramática para otros compañeros que contrataban como extras en eventos y que se han quedado totalmente al descubierto”.
El caso de Esteban Becerra es similar. Tiene 57 años y lleva 40 años trabajando en el Hotel Meliá Barcelona Sarrià. En los últimos años ejerce como jefe del economato encargado de abastecer el centro hotelero. Además, es miembro del comité de empresa y de la sección sindical estatal de los hoteles Meliá por CC OO. El hotel cerró a mediados de marzo y Becerra entró en ERTE. “Tuve la suerte de que en abril cobré, además nuestra empresa nos ha pagado íntegra la extra de verano y eso ha supuesto un alivio para los empleados. Lamentablemente, sigue sin haber clientes. Los hoteles de la costa aún han trabajado un poco este verano pero los de la capital muy poco”, lamenta.
El delegado de CC OO critica el desconcierto que se está generando transcurridos los 180 días desde la entrada en vigor de los ERTE y la posible reducción de los salarios. “Hay compañeros que ya debería jubilarse con un contrato relevo que les permite trabajar solo el 30% de la jornada mientras el resto de horas las cubre otro empleado. No han podido hacerlo, todo está paralizado”, denuncia.
Durante el mes de agosto, Barcelona ha tenido unas 3.200 pernoctaciones diarias, cuando los años previos a la pandemia eran de 58.000. Asimismo, la caída de los precios hoteleros en la ciudad roza el 50 %.
“Uno de los problemas que posiblemente hemos tenido a nivel español es que prácticamente toda Europa nos ha cerrado las comunicaciones, hemos sido el país apestado”, lamentó ayer Jordi Mestre. El presidente del Gremio alertó que la poca actividad turística y congresual prevista para otoño e invierno provocará que muchos de los pocos establecimientos que han reabierto durante el verano, unos 120, se vean obligados a cerrar de nuevo. Mestre vaticinó que, a corto y medio plazo, está en riesgo la viabilidad de muchos establecimientos hoteleros, que pueden acabar en concurso de acreedores o comprados por fondos buitres. “Cada semana tengo una o dos ofertas de este tipo de fondos”, anunció.
RESCATE DE 500 MILLONES
El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Mestre, reclamó ayer un plan de rescate valorado entre 450 y 500 millones de euros en ayudas de las administraciones a fondo perdido y calculó que el sector no empezará a recuperarse hasta Semana Santa de 2021 por lo que también exigió que se amplíen los ERTES hasta entonces. Respecto al aumento de la tasa turística anunciado por el Ayuntamiento de Barcelona el sector ha denunciado que “no es el momento idóneo”.