Marta Laiglesia es la Secretaría General de la Federación de Servicios de CCOO en Aragón


Es una mujer sindicalista dedicada a la defensa de los derechos de la clase trabajadora y desde su compromiso militante, representante de una historia de lucha política y social por la Libertad y la Democracia. Una mujer feminista que conoce los efectos y agitación que aún despiertan ciertos estereotipos alejados del respeto objetivo hacia las mujeres.


Hace un año, Marta fue acusada por su ex pareja de haber puesto sedantes en la comida en un bar para apoderarse del dinero de sus cuentas.

Un año después, el juez archiva el caso mediante un contundente auto, ya firme, pues no se encuentran indicios de ninguna actividad criminal. En dicho auto, además, se cuestiona la investigación policial y se cuestiona la veracidad del testimonio del denunciante.

Desde la Federación de Servicios de CCOO siempre hemos confiado en nuestra compañera y, pese al relato de una denuncia sin fundamento y el eco mediático amarillo y sensacionalista que se le dio, evitamos dar mayor pábulo al montaje del que fue objeto, exigímos la presunción de inocencia y no alimentamos con declaraciones y contrargumentos públicos el lamentable espectáculo que se montó alrededor de este caso. Conocíamos las pruebas y los hechos que demostraban que eran falacias y calumnias la que se arguyeron y, de acuerdo con nuestra compañera, confiamos en la instrucción judicial del caso, precisamente para no perjudicar la investigación.

Una vez que el asunto se ha archivado y el auto es firme, celebramos su noticia y mostramos nuestro rechazo a quienes pretendieron con esta excusa hacer un público linchamiento.

Los pelotones mediáticos han errado el tiro. No respetaron el principio de presunción de inocencia y dudamos que hagan propósito de enmienda. Los medios de comunicación, funcionarios concretos de la Policía que se prestaron a este akelarre y, en general, todas las personas que han hecho manifestaciones públicas al respècto, deben reflexionar sobre qué tipo de prejuicios les han llevado a hacer este juicio mediático en plaza pública basados en una acusación sin pruebas sólidas, como así ha sido señalado por el juez instructor.

Pero sobre todo deben rectificar, deben borrar la huella digital del rastro de este hediondo proceso de desinformación y noticias falsas. Y deben hacerlo antes que les obligue el juez, al que se le va a instar formalmente a que emita dicha orden.

Deben reflexionar teniendo en cuenta el contexto social en el que se ha hecho. Ahora que tras los avances en materia de Igualdad de Género se está pretendiendo negar la existencia misma de la violencia contra las mujeres; tergiversando y generando un relato muy conveniente para quienes aún hoy niegan que exista con carácter estructural dicha violencia.

Reflexionar sobre la invención intencionada de un relato que invierte el orden real de las cosas; en el que la mujer aparece como la violenta, en un panorama informativo donde las noticias sobre violencia de género están a la orden del día, ofreciendo una información distorsionada y sin fundamento. El papel de la Femme fatale, a según qué sectores es el relato que fascina. Esa construcción de la historia escabrosa de una mujer mala y despiadada que no duda en hacer cualquier cosa por obtener un lucro económico.

Estas actuaciones han afectado a una mujer inocente, pero es también una forma de violencia precisamente por su condición de mujer y, en este caso, por su relevancia como sindicalista; lo que en determinados formatos mediáticos -más bien libelos- ha tomado forma de odio ideológico.

La posición de CCOO frente a la violencia de género es incuestionable y denunciamos con rotundidad a quienes frivolizan sobre su gravedad o la niegan combatiendo en la esfera política y social, y actuando mediante la acción sindical en el marco laboral.

La violencia a las mujeres tiene su expresión máxima en los asesinatos machistas, pero también condenamos y trabajamos para combatirla desde cualquier manifestación, como es este caso, en el que no se ha dudado en hacer escarnio público de una mujer, sindicalista y completamente inocente de los terribles actos por los que se la ha condenado públicamente, sin absolutamente ninguna prueba que lo corroborase, como ha quedado acreditado judicialmente.

Y ahora, ¿cómo se restituye el mal causado? El personal es difícil de restañar. Ocurre como en la parábola de la película The Doubt “una vez que has rasgado un almohadón de plumas desde la azotea y el plumón se esparce al viento, intenta volver a meter dichas plumas en la almohada…”

Pero sin duda, ayudará a Marta y al resto de Martas si la sociedad civil organizada, los medios de comunicación y la Ciudadanía, en general, hacen frente a los propagadores del Odio y la Reacción. Nolite te bastardes Carborundorum.