A CCOO nos llegan diariamente situaciones de compañeros y compañeras que se dan de bruces con la realidad de unos servicios sanitarios saturados y que no son capaces de dar respuesta en tiempo y forma a situaciones que requerirían una actuación urgente. No debería ocurrir, pero está ocurriendo. En esta situación, en que cuestiones sanitarias tan graves como las derivadas de la pandemia del COVID, pueden afectar por arrastre o colateralmente a compañeros/as, clientela, y otros grupos de interés, entendemos que las empresas deberían poner en marcha todas las opciones legales que han sido diseñadas con especial urgencia para ser una solución aplicable a la realidad diaria. Esta responsabilidad si que puede y debe ser exigida a las empresas. 

Como en el resto del sector, la Dirección de Cajamar, está centrando sus esfuerzos en la supervivencia de un negocio especialmente difícil es este momento. Pero Cajamar no es un ente abstracto o un edificio simbólico, es un equipo humano, trabajadores y trabajadoras que le da vida, que está generando ese negocio, y que en este instante está inmerso en una problemática sanitaria de alto nivel.           

A la plantilla de Cajamar ya no le quedan vacaciones, y no es de razón que la solución propuesta por la entidad sea el uso de los permisos no retribuidos, cuando existe la posibilidad de que las personas pueden continuar trabajando y a la vez salvando riesgos.  

Desde CCOO demandamos esta modalidad de trabajo como medida especial COVID, atendiendo a su carácter tanto de prevención de riesgos como por conciliación, y que se implante con especial urgencia en aquellas zonas o territorios donde ya hay impuestas restricciones por el alto nivel de contagios que presentan.