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IGUALDAD DE GENERO

Promover la igualdad de género en el respeto de las diversidades


Entrevista a Nadezda Azhgikhina, miembro del Consejo de Género de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y miembro del Consejo Nacional del sindicato ruso de periodistas

En Rusia, la mayoría de los periodistas son mujeres. Pero ¿cómo luchar contra los estereotipos y desigualdades que persisten con respecto a ellas? Nadezda Azhgikhina es miembro del Consejo de Género (*) de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y miembro del Consejo Nacional del sindicato ruso de periodistas, el Russian Union of Journalists (RUJ), donde trabaja como responsable de proyectos e intercambios internacionales. Especialista en cuestiones de género, recomienda llevar a cabo campañas de sensibilización, sobre todo entre los dirigentes de los medios de comunicación y de los sindicatos. Poco antes de la Conferencia Mundial sobre la Mujer, de la CSI, que se celebrará en Bruselas este mes de octubre, Nadezda insiste en la necesidad de compartir experiencias y de respetar las diversidades de enfoque en la elaboración de una estrategia global a favor de la igualdad.

¿Cuáles han sido las grandes etapas de su recorrido profesional?

Comencé a trabajar en el periodismo siendo todavía adolescente. Mis primeros artículos se publicaron en un periódico nacional para jóvenes que tenía una tirada de 17 millones de ejemplares – era en tiempos de la URSS. Me hice periodista permanente en ese periódico cuando terminé la carrera en la Universidad de Estado de Moscú, y a continuación trabajé para la revista semanal Ogoniok (La pequeña llama), símbolo de la perestroika y de la democratización de la URSS. Después me hice responsable de departamento, antes de unirme al Consejo Editorial de la revista, cuando tenía 30 años. Era la única mujer y la más joven del Consejo, y todo el mundo me apreciaba en tanto que periodista y como persona, pero enseguida fui víctima de la discriminación machista (disimulada y poco clara, pero no obstante manifiesta). En aquella época me encargaba de cuestiones de paridad de género, tras la caída del comunismo, y había muchos compañeros (de ambos sexos) que no comprendían la problemática.
En 1992, mis compañeros y yo creamos una ONG – la Asociación de Periodistas Mujeres – y hasta 2003 estuve trabajando en Rusia y en el extranjero, preparando numerosas publicaciones, estudios, discusiones y conferencias públicas, así como sesiones de formación. En 1995 el periódico nacional Nezavisimaya (el independiente) me ofreció dirigir su sección de “Mujeres”, y lo hice hasta 2001. Después me uní al Russian Union of Journalists (RUJ) en tanto que secretaria (miembro del Consejo Nacional) encargada de programas creativos y de cuestiones de igualdad de género. Hoy día escribo mi propia sección en un semanario nacional independiente, el Delovoy Vtornik (martes de negocios). He publicado y editado 15 libros sobre cuestiones de igualdad de género, la cultura y los medios de comunicación.

¿Cómo evolucionan las cuestiones de la igualdad en su entorno de trabajo?

La situación en Rusia está mucho mejor que hace 16 años. En Rusia la mayoría de los periodistas son mujeres, y muchas de ellas dirigen y son propietarias de los medios de comunicación, aunque con más frecuencia a nivel regional; la propiedad y gestión de los medios de comunicación nacionales sigue siendo un sector dominado por los hombres. Los estereotipos persisten a pesar de decenas de sesiones de formación y de debates, es algo que lleva tiempo. Muchos propietarios de los medios de comunicación están de acuerdo en que las mujeres trabajan mejor (hace 15 ó 20 años no lo tenían tan claro) y, sin embargo, no pagan lo suficiente. Además, las mujeres, por su parte, están dispuestas a estar peor remuneradas que los hombres.

Muchas mujeres son responsables regionales del RUJ y son muy eficientes. Pero las ideas inculcadas infieren que los principales dirigentes de prensa en Rusia tienen que ser hombres, que los hombres cubren mejor los conflictos, que las mujeres no deberían ir a los países en guerra (porque las pueden matar) y que no deberían encargarse de llevar a cabo investigaciones. Estas ideas preconcebidas son incorrectas: los mayores reporteros de guerra son mujeres. Creo que los peores clichés son los que conciernen al trabajo en general: las mujeres ganan menos y no se tienen en cuenta sus necesidades en tanto que mujeres y madres de familia; no hay protección social, y este problema no está considerado como una prioridad.

¿Cuál es la mejor manera de luchar contra estas actitudes a nivel nacional? ¿Y a nivel internacional?

Es importante discutir más, organizar campañas nacionales e internacionales aprovechando las características y culturas nacionales – en particular el arte y la literatura – para hacer que la opinión pública evolucione. Hay que organizar más debates en el seno de los sindicatos y de las sociedades de los medios de comunicación. Hay que hacer circular más información y organizar reuniones internacionales para que la gente pueda compartir sus experiencias. Primero tenemos que causar impacto en la opinión pública e involucrar al máximo número de personas posible. Hemos intentado organizar diferentes eventos: concursos sobre preguntas de igualdad de género, ferias, exposiciones “No al machismo” en Rusia y en otros países, debates públicos, emisiones de radio y televisión, etc.; hemos cooperado con centros para la promoción de la igualdad de género y otras ONG. Pero podríamos hacer más.

Los medios de comunicación siguen abordando de manera insuficiente, y a menudo inadecuada, la cuestión de la violencia contra la mujer. ¿Cómo valora usted la evolución de la prensa rusa a este respecto?

La violencia doméstica es un tema grave, presentado hace unos 15 años gracias a la combinación de esfuerzos por parte de las ONG y de las mujeres periodistas. Se menciona con regularidad, se presenta en las series de televisión, etc.; es una cuestión que se aborda a menudo, al igual que la violencia contra las mujeres. En Rusia la violencia está en todas partes y el público es consciente de ello. Muchos periodistas, hombres y mujeres, cubren esta cuestión, pero no lo suficiente – la vida cotidiana no se menciona lo bastante y la violencia se presenta a veces bajo el punto de vista del escándalo. Pero sí que se nota una gran diferencia entre hoy y hace unos años, cuando no se tenía consciencia de la problemática hombres-mujeres. La trata de mujeres también se menciona en numerosos medios de comunicación nacionales, incluidos los medios audiovisuales (hace poco todos los medios de comunicación hablaban de la persecución de traficantes). La RUJ, por su parte, organiza concursos en los medios de comunicación sobre la paridad de género, aborda desde hace varios años la violencia contra las mujeres y ha publicado una colección de los mejores artículos de la prensa rusa sobre la violencia. En el club de periodistas mujeres de Moscú y de las regiones hablamos con frecuencia de esta cuestión.
Considero que la formación en materia de género es importante para los corresponsales que cubren los crímenes, pero también para los dirigentes de los medios de comunicación.

¿Cómo empezó su implicación sindical?

Entré en contacto con el sindicato en 1985, siendo una joven periodista. Participé en varios eventos del RUJ a principios de los años 90, cuando acabábamos de poner en marcha la Asociación de Periodistas Mujeres y mencionado las discriminaciones machistas en el trabajo y en la cobertura mediática. A raíz de aquello, me ofrecieron muchas veces trabajar en el seno del sindicato. Me uní al RUJ en 2001, tras la quiebra de mi periódico, e incorporé la actividad de la Asociación al RUJ; esta se convirtió enseguida en un pilar de la organización. Hay tantas mujeres que trabajan ahora en los medios de comunicación de Rusia...
Hoy en día soy responsable de proyectos e intercambios internacionales, y las cuestiones de paridad de género forman parte de ellos.

¿Qué lugar ocupan las mujeres en el sindicato de periodistas de Rusia? ¿Qué política podría contribuir, según usted, a hacer que la posición de las mujeres avance?

Las mujeres ocupan un 30 % de los puestos directivos nacionales del RUJ y constituyen una parte muy activa en la dirección regional. Son muy respetadas y eficientes. Creo que hace falta una estrategia para la igualdad de género en general, pero, antes que nada, necesitamos una estrategia de consolidación a nivel sindical. El problema reside en la falta de sensibilización a la problemática hombres-mujeres por parte de la mayoría de los dirigentes y de los miembros sindicales, tanto hombres como mujeres. Hay que progresar en el campo de la toma de consciencia.

En octubre de 2009 se celebrará la Conferencia Mundial sobre la Mujer de la CSI, con el tema: “Trabajo decente, vida decente para la mujer: los sindicatos toman la iniciativa por la justicia y la igualdad económica y social”. ¿Que inspiración le aporta este tema con relación a su vida cotidiana?

Los sindicatos deben trabajar sobre esta cuestión y es muy importante que las mujeres periodistas de Rusia tengan un trabajo decente y una vida decente. Pero no quiero hablar sólo de las mujeres, porque en Rusia la esperanza de vida de los periodistas hombres no es buena: tienen mala salud y abandonan la profesión. Las cuestiones relacionadas a la igualdad de género han de discutirse en su conjunto, incluyendo las necesidades específicas de cada persona. También necesitamos hombres en el periodismo – en estos momentos, sin contar a los directivos, cerca del 80% de los periodistas que ejercen son mujeres. Tenemos que restablecer el respeto hacia esta profesión, hacia el periodismo, y las necesidades de las mujeres tienen que ser nuestro símbolo, tal y como constituyó el símbolo de los demócratas rusos a principios del siglo XX en Rusia.

En tanto que profesional de los medios de comunicación, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres sindicalistas de las diversas regiones del mundo que participan en este evento?

Me gustaría pedirle a todo el mundo que se escuchen unos a otros, que compartan sus experiencias y que demuestren apertura de espíritu. El mundo es verdaderamente muy variopinto y las mujeres sufren en todas partes, más que los hombres, pero de manera diferente y en condiciones diversas; cada una tiene una estrategia particular para protegerse. Me gustaría también llamar la atención sobre la cultura y el papel que ésta desempeña en los mensajes sobre la igualdad de género, sobre la creatividad y la verdadera solidaridad femenina. No existe una receta exclusiva y válida para todo el mundo, aunque compartamos los mismos derechos humanos y los mismos valores sobre la igualdad de género y tengamos ideas sobre el sindicalismo ideal (los sindicatos y los sindicatos de periodistas son también muy variados en las diversas partes del planeta). La vida es ahora más complicada y es importante tener presente esta complejidad para que la Conferencia sea un éxito y para conseguir la igualdad y el respeto reales para todos.

Entrevista realizada por Natacha David.

(*) Ver la declaración de la Federación Internacional de Periodistas, “Ética y género: igualdad en las salas de redacción, Declaración de Bruselas, 30 y 31 de mayo de 2009”, en: http://www.ifj.org/assets/docs/241/101/d9f5af1-a708365.doc

Esta declaración fue publicada con ocasión de la Conferencia de la FIP, a la cual Nadezda Azhgikhina participó en Bruselas junto con 60 periodistas del mundo entero.
-Más información sobre las políticas de la FIP con relación a cuestiones de género en la dirección: http://www.ifj.org/es/pages/asuntos-de-gnero

La CSI representa a 170 millones de trabajadores de 157 países, y cuenta con 312 afiliadas.

Sitio web: http://www.ituc-csi.org http://www.youtube.com/ITUCCSI