. . . afrontar sus vencimientos de deuda más acuciantes –67.000 millones de euros en los próximos seis meses-, el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, intentan convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, para que acepte el programa de compra de bonos españoles, aunque dejando claro que no se trata de una forma encubierta de financiar al Estado español, algo que levanta los recelos de muchos paÃses.
Se traducirá en nuevos recortes que mermarán aún más si cabe el poder adquisitivo de los hogares, de los que casi el 40% no tiene margen para afrontar gastos imprevistos
Con este panorama, parece lógico pensar que, en el hipotético caso de que se produzca la intervención del BCE, sumada a un rescate financiero de mayor envergadura, una compra masiva de bonos podrÃa no ser la única solución y además, de llevarse acabo, España tendrÃa que pagar algún tipo de coste. Seguramente se traducirá en nuevos recortes que mermarán aún más si cabe el poder adquisitivo de los hogares, de los que casi el 40% no tiene margen para afrontar gastos imprevistos.
Por este motivo, los Técnicos de Hacienda consideramos que se puede recurrir a alternativas que permitan pagar nuestra deuda pública sin tener que realizar ajustes adicionales. Una de ellas serÃa la exención del pago del Impuesto de Patrimonio para aquellos contribuyentes que adquieran deuda pública, que deberÃa ir acompañada de un aumento de los vigentes tipos, que triplicara el actual tipo medio efectivo, desde el 0,6% hasta el 1,8% ó 2%.
La exención a la deuda comprada en el mercado primario (subastas) deberÃa estar condicionada a su tenencia durante un mÃnimo de tres o cinco años, coincidiendo con el plazo del bono en cuestión, cuando probablemente esté superada la crisis sobre la deuda. Ello situarÃa el tipo de interés entre el 2% y 3%, con lo que para el inversor la rentabilidad financiera-fiscal de deuda pública oscilarÃa en torno al 4%.
Esa confianza de los contribuyentes con mayor capacidad de compra serÃa un mensaje claro a los mercados, que en paralelo reducirÃan su presión sobre los tipos de interés exigidos al bono español y, por tanto, la prima de riesgo descenderÃa hasta niveles tolerables que permitiesen al Estado financiarse en los mercados internacionales a un menor coste.
Esta medida se deberÃa adoptar siempre en paralelo con otras de carácter progresivo, como el citado aumento del gravamen del Impuesto de Patrimonio, hasta triplicarlo, y la creación en 2013 de un nuevo impuesto a la riqueza de ámbito estatal, que sustituya a aquél, incorporando fórmulas para evitar la interposición de sociedades con las que las grandes fortunas pueden eludir o reducir su pago y eliminando las bonificaciones autonómicas al 100% de la cuota.