La fusión de Caja Duero y Caja España incluye entre sus
acuerdos el cierre de 235 oficinas de ambas entidades, agencias situadas
ahora muy cerca las unas de las otras o en localidades, sobre todo de
Castilla y León, donde en este momento se solapa la oferta. El proceso
de cierres comenzó el verano pasado, antes de la firma del documento de
fusión. Ahora, en la segunda fase del proceso, clientes de las dos
antiguas entidades con cuentas abiertas en alguna de las oficinas
afectada por el cierre han recibido ya el aviso del traslado de sus
haberes a otra agencia. En muchos casos, los antiguos usuarios de Caja
Duero han sido transferidos a una oficina de Caja Duero o viceversa,
depende de la zona.
La caja fusionada nacía con 1.102 oficinas pero con la
condición de que se eliminarían las consideradas como excedentarias.
Hasta ayer viernes, el número de oficinas donde ha bajado
definitivamente la verja metálica era de 113, por lo que aún deberán
cerrarse otras 140 más antes de fin de año para que se cumplan los
planes previstos, indicaron ayer desde Caja España-Duero.
Una vez finalizada la reestructuración, la nueva red de
Caja España y Caja Duero estará formada en la comunidad autónoma de
Castilla y León por 498 sucursales, lo que la convierte en la más
extendida de las entidades financieras que operan en Castilla y León.
En julio último, los consejos de ambas entidades
aprobaron el primer plan de cierre de oficinas. 19 en el caso de Caja
Duero y 51 en el caso de Caja España.
Este plan comenzó a cumplirse en agosto y finalizó en
septiembre, cuando comenzó la segunda fase de la operación. Caja España y
Caja Duero tomaron entonces las decisiones por separado, aunque de
manera coordinada. Los consejos de administración ordinarios de finales
de julio dieron el visto bueno a la clausura de las agencias menos
rentables. Aquella fase, en la que Caja España cerró 51 oficinas y 19
Caja Duero acabó en septiembre.
En la nueva caja explican que las que eliminadas son
oficinas que están unas muy cerca de otras. A ellas, se suman otras cuya
rentabilidad ha caído, o tienen pérdidas y algunas en las que las
probabilidades de negocio resultan escasas o casi nulas. El núcleo de
los cierres se centra en los lugares con mayor cifra de oficinas. Caja
España tenía 52 en la capital vallisoletana, casi el doble que Caja
Duero -que sumaba 28 en esta ciudad-, contaba además con 39 en Madrid y
con 32 en León.
La más extensa en la región
Los planes de la caja fusionada pasan por un
«redimensionamiento y racionalización de la capacidad productiva»,
expresión que en el caso de la red de oficinas significa que cerrarán el
23% de las 1.102 que sumaban ambas entidades. De ellas, 139 están en
Castilla y León, donde quedarán abiertas 498 sucursales. La provincia
más afectada será Valladolid, donde desaparecerán 37 oficinas, seguida
de Palencia (27) y León (23). En Madrid serán clausuradas 36. Madrid
será la zona con más puntos de atención al cliente, 121, una vez
concluida la reordenación. Le seguirán de cerca Valladolid (119) y León
(110). En Salamanca permanecerán 88 oficinas y la provincia con menor
presencia será Segovia, donde habrá 3 sucursales.
Entre las zonas geográficas donde la entidad conservará
más implantación destacan Extremadura, con 69 oficinas, seis menos que
ahora; y Galicia, con 32, cinco menos. En la Comunidad Valenciana se
cerrarán dos y quedarán 16. En Andalucía habrá 10 menos para dejarlas en
27. En Portugal se clausuran 7 y seguirán abiertas 11.
J. G. C. | VALLADOLID.
El Norte de Castilla
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