Los datos sobre prolongaciones de jornada en los sectores financiero y de seguros recogidos en la Encuesta de Población Activa del pasado año 2013 y primer trimestre de 2014, son verdaderamente llamativos: el promedio de 440.400 personas ocupadas en el sector realiza una media de 0,62 horas-extra semanales, de las que sólo se pagan el 9%. El resto, el 91%, son horas extras ilegales y por tanto fraudulentas.
Sin embargo, estos datos no se corresponden ni de lejos con la realidad que ha revelado el estudio de campo realizado por CCOO: de acuerdo con estimaciones muy prudentes, la plantilla del sector financiero estaría prolongando su jornada de forma fraudulenta una media de 4,2 horas semanales.
De acuerdo a estas estimaciones, el impacto de la prolongación de jornada en el sector de 2008 a 2013, años de crisis, no lo olvidemos, es verdaderamente escandaloso:
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En el año 2013 el total de horas extras no remuneradas realizadas por las plantillas podría haber alcanzado los 57 millones de horas.
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El importe que las arcas del estado han dejado de ingresar durante este periodo de crisis por estas horas fraudulentas (cotizaciones a la Seguridad Social y recaudación de impuestos) podría ascender a 2.297 millones de euros.
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Igualmente, los trabajadores y trabajadoras del sector han dejado de percibir en ese mismo periodo casi 8.600 millones de euros por estas horas-extra que no les han sido remuneradas. Un dinero que, de haber estado en la economía real, habría generado riqueza, consumo y empleo.
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Con las prolongaciones de jornada a la que nos obligan las presiones comerciales desmedidas se podría haber dado trabajo a unas 33.500 personas desempleadas, mientras que la realidad es que en nuestro sector en el periodo 2008-2013 se han destruido más de 50.000 empleos.
30 de octubre de 2014