Presiones intolerables en Lanzarote y Fuerteventura



El lunes, 1 de diciembre, los directores de Lanzarote y Fuerteventura recibían este email de su Director de Zona: "Buenas tardes, a seis directores he llamado esta tarde de hoy y sus teléfonos corporativos apagados. No estoy hablando de comerciales, sino de directivos" "a los que he tenido que localizar por algún asunto a resolver con cierta celeridad, y sin éxito! Sin comentarios al respecto".

Pues CC.OO. sí tiene algunos comentarios al respecto, señor director de zona, ya que no es esta la primera vez, ni la segunda, ni la vez número cien, que se permite usted este tipo de correos que, aparte de suponer una intromisión intolerable en el tiempo de ocio de sus subordinados, no pretenden otra cosa que intimidarlos. No hace mucho, por ejemplo, que en otro de sus muchos correos diarios se permitía usted esta "perla": "Los trabajadores deberán cumplir los objetivos de venta de tarjetas, estén o no estén".

Una de las leyes de la física establece que un cuerpo no puede estar y no estar al mismo tiempo y que si no está, porque está malito, de vacaciones o de excedencia, no puede cumplir ningún objetivo? ¿o quizás pretendía usted decir que los trabajadores que quedasen en la oficina tenían que trabajar por dos o por tres? El problema es que ni una cosa ni la otra son de recibo.

En algún lugar existe un modelo de jefe de zona, desconocido para los trabajadores de Bankia de este archipiélago, y muy especialmente para la zona de Lanzarote y Fuerteventura, que en lugar de pasarse el día en su silla, dando órdenes a su adjunto para que envíe decenas de correítos al día a sus subordinados, recordándoles lo que hay que hacer y ellos ya conocen; y de marcar reuniones por la tarde con contenido nulo, casi nulo o meramente intimidatorio; se dedica a predicar con el ejemplo, remangándose la camisa y bajando al terreno de juego, para acompañar a sus directivos a realizar visitas; ayudándoles a vender ese producto que va mal en los objetivos; y mostrándoles de modo didáctico como pueden vencerse las adversidades.

Un jefe de zona que levanta el teléfono para defender a los suyos y solicitar medios, cuando ve que la plantilla trabaja en condiciones precarias y con una escasez de personal estructural; que si no lo consigue insiste en ello; que mientras visita a su plantilla y les da ánimos; y que tiene en cuenta estas carencias, a la hora de marcar los objetivos.

Existe en Bankia un código ético impuesto por la empresa, pero no practicado por la misma, que tipifica el tipo de conductas que aquí hemos expresado como inadecuadas e impropias en las relaciones entre compañeros, máxime de un directivo hacia sus subordinados.

Este tipo de directivos, estos modos, estas faltas de respeto y estas actuaciones (que en este caso son diarias y permanentes) son una vergüenza para Bankia; mientras esto se permita y se tolere, no será posible consolidar un modelo de empresa seria y moderna.

Finalmente, queremos animar a las compañeras y a los compañeros a que pongan en nuestro conocimiento y nos trasladen estas y cualesquiera otras situaciones intimidatorias de la que sean víctimas, para proceder a la denuncia de estas conductas deleznables y antediluvianas.

4 de Diciembre de 2014